"Ventana abierta"
Oración de Comunión Espiritual
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Jesús se acerca a nosotros a través de la Comunión.
Les invito a que se unan a la Comunión Espiritual a través de "Seguir la Senda".
"El que come de este Pan vivirá para siempre".
Lo vamos a hacer rezando como en otras ocasiones este himno eucarístico de Santo Tomás de Aquino compuesto para esta fiesta del Corpus que tantas veces cantamos ante Jesús Eucaristía, el Pange Lingua:
Les invito a que se unan a la Comunión Espiritual a través de "Seguir la Senda".
"El que come de este Pan vivirá para siempre".
Lo vamos a hacer rezando como en otras ocasiones este himno eucarístico de Santo Tomás de Aquino compuesto para esta fiesta del Corpus que tantas veces cantamos ante Jesús Eucaristía, el Pange Lingua:
"Que la lengua humana
cante este misterio:
la preciosa sangre y el precioso cuerpo.
quien nació de Virgen
Rey del Universo
por salvar al mundo,
dio su Sangre en precio.
Se entregó a nosotros,
se nos dio naciendo
de una casta Virgen;
y, acabado el tiempo,
tras haber sembrado,
la Palabra, al pueblo,
coronó su obra
con prodigio excelso.
Fue en la última cena
-ágape fraterno-
tras comer la pascua
según mandamiento,
con sus propias manos
repartió su cuerpo,
lo entregó a los doce
para su alimento.
La Palabra es carne
y hace carne y cuerpo
con palabra suya
lo que fue pan nuestro.
Hace sangre el vino
y aunque no entendamos,
basta fe si existe
corazón sincero.
Adorad postrados
este Sacramento.
Cesa el viejo rito.
Se establece el nuevo.
dudan los sentidos
y el entendimiento
que le fe lo supla
con asentimiento.
himnos de alabanza,
bendición, obsequio;
por igual la gloria,
el poder y el reino
al eterno Padre
con el Hijo eterno
y el divino Espíritu
que procede de ellos.
Amén".
SECUENCIA
Santo Tomás de Aquino
- He aquí el pan de los ángeles hecho viático nuestro;
verdadero pan de los hijos, no lo echemos a los perros.
-Figuras lo representaron: Isaac fue sacrificado;
el cordero pascual, inmolado; el maná nutrió a nuestros padres.
- Buen Pastor, Pan verdadero, ¡oh Jesús!, ten piedad.
Apaciéntanos y protégenos; haz que veamos los bienes
en la tierra de los vivientes.
-Tú, que todo sabes y puedes, que nos apacientas aquí siendo aún mortales,
haznos allí tus comensales, coherederos y compañeros
de los santos ciudadanos.
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