"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jesús fue bautizado, y el Espíritu Santo descendió sobre él como una paloma (Lucas 3,21-22). Pero no fue bautizado porque necesitaba la gracia divina, ya que Jesús siempre tuvo una santidad perfecta.
El Espíritu que desciende sobre él no está significando que Jesús no poseía el Espíritu antes del bautismo, sino que Jesús lo recibe de un modo nuevo, en orden a la misión que tiene que comenzar. El Espíritu que Jesús ya poseía, ahora se manifiesta capacitándolo para salir a predicar y hacer presente el Reino de Dios.
En ese sentido se entienden las distintas "venidas del Espíritu" en la Escritura. Cuando los Apóstoles recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés (Hechos 2,1-11), eso no significa que antes no lo tuvieran, sino que lo recibían para salir a evangelizar al mundo, capacitándolos para cumplir una misión. Lo mismo vale para el bautismo de Jesús, que desde su concepción ya estaba lleno del Espíritu Santo.
Efectivamente, habiendo recibido una vez más el Espíritu Santo, y luego de cuarenta días de preparación en el desierto Jesús se dirige a Galilea a proclamar la buena noticia, porque "se ha cumplido el plazo" (Marcos 1,15). Así, en este relato del bautismo de Jesús aparece el cumplimiento de Isaías 1,11; 64,1.
Podríamos preguntarnos si cada vez que tenemos que comenzar una nueva misión, o
una tarea delicada, nos detenemos con fe a invocar el auxilio del Espíritu
Santo. Porque cada vez que recibimos una nueva misión o comenzamos algo nuevo
en la vida, necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para poder hacerlo bien.
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 5 de junio
"Espíritu Santo, hoy me acerco a Ti con el deseo profundo de estar disponible para la misión que me encomiendas. Así como descendiste sobre Jesús en su bautismo para impulsarlo a predicar el Reino, desciende también sobre mí para prepararme, fortalecerme y enviarme.
Aunque muchas veces me siento limitado, confío en que Tú me capacitas con tus dones para hablar de Ti, para servir con amor, y para hacer presente tu luz donde reina la oscuridad.
Ven, Espíritu Santo, y derrama sobre mí tu unción santa. Despierta en mí la
certeza de que cada día es una nueva oportunidad para vivir mi misión. Ayúdame
a no quedarme detenido, sino a caminar con fe hacia donde Tú me guíes.
Amén".
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén
No hay comentarios:
Publicar un comentario