"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta. S.J.
Jesús va formando su personalidad en el seno cálido de una familia, en la que no hay muchos recursos económicos, pero sí hay un amor que crea relaciones de calidad y busca con su trabajo lo necesario en un pueblo de campesinos pobres. Jesús crece y se desarrolla para alegría de todos, familiares y vecinos. En toda relación existe la transparencia que nos une y nos alegra. También existe el misterio del otro, que nunca podremos comprender del todo, y nos crea dolor. Esto sucedía también en la familia de Nazaret. Cuando Jesús se queda en el templo, le dice a María que debe ocuparse de las cosas de su Padre. Jesús hizo sufrir a sus padres, como María hizo sufrir a José con su embarazo. Dice el evangelio que María no comprendía, pero llevaba estas palabras en su corazón, en su amor. ¿Dónde llevamos el misterio de los demás?, ¿atragantado?, ¿como una piedra en el estómago, sin digerir? Cuando llevamos en el corazón lo que no comprendemos de los demás, podemos acompañarlos en su misterio, y en esa acogida ellos podrán situar bien la novedad que se va gestando en su vida, sea en situaciones de deterioro o de crecimiento gozoso.
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