"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta. S.J.
Isaías nos invita a cantar llenos de júbilo porque ha llegado la paz. Hasta las "ruinas" de la ciudad se unen a la fiesta porque serán reconstruidas. De muchas maneras nos habló Dios en el pasado. Ahora nos habla por la Palabra misma, el Hijo, que nos comunica a Dios de manera insuperable. En él está todo dicho, aunque nosotros no podamos percibir todo. En el futuro lo miraremos desde situaciones personales y sociales nuevas, y descubriremos nuevas dimensiones de esta Palabra inagotable.
El Hijo dejó su eterna inmensidad, y se estrechó en el tiempo y en el espacio de una vida humana. No vino para sentarse como un ídolo hierático esperando adoradores, sino que "acampó entre nosotros". Es decir, se puso a caminar con nosotros en la vida itinerante de la historia humana, a nuestro ritmo, por nuestras mismas avenidas y callejones, mirando al horizonte para no extraviarse, y fijándose en cada paso menudo para no caer herido en algún hoyo de desencantos y pesimismos. En cada uno de sus gestos nos trajo una vida nueva, en abundancia, que sigue fluyendo para todos desde el corazón de Dios.
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