Evangelio: San Lucas 19, 41-44. En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: "¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos...". Jueves, 21 - Noviembre - 2024

"Ventana abierta"

Comentarios breves de Benjamín González Buelta. S.J. 

Nos hace bien contemplar el llanto de Jesús. Él no lo puede todo. Con gran ilusión llegaba a la ciudad con un mensaje de vida, pero la ciudad estaba blindada contra toda oferta por los que ya estaban acomodados en su bienestar y tenían el control de cada movimiento. Principalmente llora por el dolor desgarrador de Jerusalén arrasada hasta no dejar piedra sobre piedra. Tal vez su llanto tenga también un componente de fracaso personal en una misión a la que se había entregado con gran cariño. El llanto de Jesús es el llanto de Dios que se une a nuestros desconciertos.