"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta. S.J.
Despreciar a un niño es rechazar a Dios y acogerlo es abrazar a Dios. El más importante en el Reino de los Cielos es el que ha realizado ese viaje hacia el espacio donde habitan los pequeños, los vulnerables, los que no tienen sitio en la ciudad, ni en los circuitos de la producción y del consumo. Es lo que Dios ha realizado al encarnarse en su Hijo Jesús para estar abajo y convertirse en amigo y servidor de los más pequeños. Hacerse como un niño, para acoger sin trampa el Evangelio, genera dentro de nosotros la dicha sustancial.
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