"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.
El fariseo y la mujer actúan de maneras distintas. Jesús acepta la invitación a comer. El fariseo lo recibe con sospecha, para investigarlo con astucia. La mujer, desde el agradecimiento y dentro del espíritu de la hospitalidad judía, perfuma los pies de Jesús; cuando estalla en lágrimas incontralables y agradecidas, las seca con los cabellos. El fariseo juzga a Jesús y lo descalifica como profeta. La mujer confirma la vida nueva que experimentó dentro cuando oyó hablar a Jesús en la calle. Sale perdonada y feliz. A Dios y su alegría los encontramos cuando nos acercamos a la vida con amor, no con exclusiones.
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