Evangelio: San Mateo 22, 34-40. En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?"... Viernes, 23 - Agosto -2024

"Ventana abierta"

Comentarios breves de D. José Cobo Cano, Obispo auxiliar de Madrid

Amar es arriesgar, como hace Dios

¿Qué es lo importante ante tantos problemas? y complejidades de la vida?

A menudo se nos complican las cosas y nos perdemos en ideas, matices o sentimientos que nos encorsetan y preocupan. Jesús nos ayuda a discernir desde lo fundamental, que es la mirada del corazón puesto ante Dios. Emplea el mismo verbo para señalar nuestra relación con Dios y para nombrar la relación a tener entre nosotros. Es amar de forma gratuita y desinteresada mirando a Dios y a los hermanos, sin rupturas. Este es el mayor mandamiento. Aceptar la voluntad amorosa de este Padre es servir cada día al prójimo con ese mismo amor y en ese mismo amor. Eso supone ponernos en juego, hacernos débiles ante el otro y darle el poder, gratuito y sin control, de devolverlo o rechazarlo. De herirnos o abrazarnos. Amando como Dios, no obligamos a amar al otro, sino que arriesgamos el amor, como hacen con nosotros, y lo regalamos. Este es un buen criterio para responder hoy: ¿Arriesgo?

Dame el regalo de tu amor para que sepa amarte a ti y entregarlo a cada uno de quienes hoy pasan a mi lado, y a los que debería acercarme más.