"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.
La sabiduría que viene de Dios, de su Espíritu, es mucho más profunda que un saber académico. Es cuestión de vida; por eso en la primera lectura somos invitados a participar en un gran banquete, con comida y vino, en el que la sabiduría nos alimenta y alegra en comunión con otros invitados. También Pablo nos insiste en que no nos embriaguemos con un vino que excita los instantes y nos deja vacíos, sino que bebamos del Espíritu. Muchos sucedáneos de vida se despliegan delante de nosotros, pero solo alimentan momentos pasajeros, sin llegar a lo más hondo y duradero de la vida.
Todo este lenguaje de alimentos compartidos lo recoge después Jesús en el evangelio. Él es realmente el que nos nutre, nos da fuerza, nos alegra. Él nos hace vivir dándonos su palabra y su vida entera. Su sabiduría no es abstracta, sino que pasa por su Cuerpo y su Sangre entregados. El don cotidiano de nosotros mismos en la vida familiar y de trabajo, la cotidianidad con sabor, arriesgar lo que somos y tenemos, la salud y la vida, para que el mundo sea más justo y humano, solo es posible desde la consistencia, lucidez y pasión que nos da alimentarnos de Jesús.
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