"Ventana abierta"
Comentarios breves de D. José Cobo Cano, Obispo auxiliar de Madrid
Mendigos de Dios para transformar las cegueras
La fe es grito. Querer callar el grito de quien pide luz es llevar a Dios al silencio. La fe es una protesta contra una condición dolorosa de la cual no entendemos la razón; apagar el grito es limitarse a sufrir una situación a la cual nos hemos adaptado. La fe es la esperanza de ser salvado; no acostumbrarse al mal que nos oprime y, de este modo, pensar hasta que Dios es cómplice. Todos tenemos la voz de Bartimeo dentro. Brota espontáneamente una voz que se interroga sobre el sentido de nuestro camino aquí abajo, especialmente cuando nos encontramos en la oscuridad: "¡Jesús, ten compasión de mí!" es el clamor que sale del alma y que es escuchado y amado por Jesús. Como dice Madeleine Delbrêl: "Constituye un inmenso gozo saber que al querer a cada una de nuestras pequeñas penas, nos convertimos en algo así como los ojos del mundo doliente que camina a ciegas". Así nuestras cegueras, penas y dolores pueden ser transformadas en instrumento de Dios y donaciones de la gracia para otros.
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