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sábado, 30 de marzo de 2024

Homilía: Confidencias de Pasión y Resurrección. Sábado Santo. 30 - Marzo - 2024

"Ventana abierta"

Confidencias de pasión

P. Leonardo Molina García. S.J.

Confidencias de Pasión y Resurrección

Pero cuando pienso en todo el sufrimiento tan desgarrador que tuvo que pasar nuestro Señor me pregunto el por qué tuvo que ser tan cruel su manera de morir? ¿Por qué tuvo que ser tan cruel su pasión y muerte? ¿No pudo morir de otra manera que no fuera tan trágica, tan horrible? ¿Cómo  todo un Dios pudo permitir eso en su propio Hijo? Ya sé que murió por nuestra salvación pero ¿no podía salvarnos de otra manera que no fuera tan gran tragedia? ¿Cómo pudo Dios, siendo su Padre, permitirlo y permitir a su vez tan gran sufrimiento y dolor en la Virgen María, Madre?

Es la confidencia de una madre cristiana que me comunica sus sentimientos ante la pasión de Jesús. La imagino ante un crucifijo.

Trato de contestarle, pobre de mí. No llego yo tampoco a saber…

Y además de amor, contemplamos que Jesús recoge muchas de las maldades eternas de la humanidad (la nuestra) y devuelve perdón, consuelo, pero también arrepentimiento e impulso de lucha con esperanza de buen camino. Me impresiona (y me meto dentro) aquella multitud que gritaba: ¡crucifícale, crucifícale (Mateo 27, 21-23);  cargamos convencidos, lo sabemos y nos comprometemos en seguir matando!; y luego, cuando fueron conscientes de lo que habían hecho (hemos) se golpeaban el pecho arrepentidos (Marcos 23,48). Muchos de ellos, me imagino, creyeron luego, además de arrepentidos y conscientes de lo que habían hecho, y siguieron a Jesús.

Ahí debemos estar nosotros. ¡Salvator mundi, salva nos! Pienso en Ucrania, en Gaza, en Israel...A ese nivel baja el ciudadano Jesús....pero hay en el mundo muchísimos Palestinas, Gazas o Ucranias. Gente insignificante, somos los sufridores. O los poderosos. Hay que escoger, tomar partido, ilusiones, proyectos, educación.... Esa VISIÓN NOS ANIMA A LUCHAR, MEJORAR, COLABORAR... Y... ARREPENTIRNOS. Invita la figura emblemática de Jesús a tomar conciencia de los daños que hacemos, de las colaboraciones de pensamiento, palabra, obra y omisión. Y nos invita la cruz de Jesús a tomar parte por el  lado en las víctimas (cuando lo somos) y por otro, a luchar contra los verdugos sean quienes sean (cuando lo somos).

¿A dónde van nuestras solidaridades? Partamos de tu persona, de tu familia, tu hijo, de los maestros, de los políticos... de las parroquias, las diócesis, obispos... simples fieles. ¿Solidaridades? ¿Víctimas? ¿Verdugos? Quizás, a ratos uno y otro.

Sí, pedimos y gritamos, “Salvador del mundo, sálvanos...” pero hay que arremangarse y actuar, salir de la pereza, el miedo, las parálisis del corazón y de la acción. Entonces, mirando la cruz, podremos decir que NOS HA SALVADO. Hoy le pedimos que nos salve. La resurrección es de Jesús como ejemplo. Ojalá resucitemos en Él. Porque la contemplación de Jesús nos invita a dos preguntas. La primera es ¿por qué tanto sufrimiento? La segunda es, creo, más importante para nosotros: ¿para qué?

“Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos.
En Él está nuestra salvación, nuestra vida para siempre.
Si con Él morimos, viviremos con Él.
Si con Él sufrimos, reinaremos con Él.

Aleluya.

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