"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.
Jesús entró en Jerusalén con un gesto simbólico, con cantos, alegría y humor. Las personas sencillas mostraban su dicha de manera espontánea, gritaban lo bueno que habían visto en Jesús y abrían el corazón a una esperanza sin límites. Todo lo contrario de las entradas triunfales de los poderosos, que exhibían con orgullo uniformes, rituales ensayados y fuerza militar acompañada de consignas obligadas.
La luz de la Pasión se proclama hoy en mil rincones de nuestro mundo. Jesús, el amigo, ilumina con ella nuestra vida y nuestro camino si dejamos que se refleje en el suyo. Podemos contemplar la entraña misericordiosa de Dios por cada uno y por la humanidad entera. Por eso nos acercamos a ella como "la pasión" de un Dios que se apasiona, padece y se deja hacer por quienes ama. Allí nos va a revelar el poder que tiene despojarse de todo para amarnos en fidelidad: "habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo". Es necesario que entremos en ella para verla desde los ojos del Padre y, con un corazón apasionado, contemplar cómo Jesús padece y se deja hacer. De lo contrario no seremos capaces de percibir hasta dónde Dios llega. Y tendremos que dejar que ilumine las pasiones de nuestro mundo que en esta cobran sentido. ¿Cuál es mi mirada hoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario