"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.
Los discípulos estaban paralizados por el medio, la culpabilidad y el desconcierto. Las mujeres, que habían acompañado a Jesús hasta la cruz y la sepultura, sabían dónde estaba enterrado y se pusieron en camino. Las mueve la certeza de la muerte. Las urge un amor gratuito que las saca del encerramiento y las pone en camino, primero hacia el sepulcro y después hacia la comunidad. María Magdalena comunica a los discípulos la desaparición. La comunidad se conmociona. El marasmo de tristeza empieza a moverse. Los discípulos se reúnen, dialogan, no creen. Pedro y Juan salen hacia el sepulcro. Constatan la realidad. Juan cree que Jesús ha resucitado. Pedro llegará a esa convicción más tarde.
La crucifixión fue un espectáculo cruel, público, con rituales de exterminio para eliminar a Jesús y destrozar a sus seguidores. La resurrección será una experiencia íntima, expuesta al ver creyente de cada uno y de la comunidad. Los discípulos transformados por el Resucitado saldrán a las calles como testigos fuertes de la novedad que da sentido a la historia. La resurrección se convierte en una insurrección.
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