"Ventana abierta"
Comentarios breves de Darío Mollá, S.J.
Acabamos el año contemplando a la familia de Nazaret. Esa contemplación nos invita a la acción de gracias, a la petición y a la reflexión.
A la acción de gracias por nuestra propia familia y por todo lo que en ella y de ella hemos recibido, y seguimos recibiendo. En tiempos difíciles se pone de manifiesto el valor de la familia como estructura básica de apoyo y sostén de la persona. Invitación también a la petición: por tantas situaciones familiares de falta de comunicación y entendimiento, de incomunicación, de ruptura, y por todos aquellos especialmente, los más pequeños y los más ancianos, que son las principales víctimas de estas situaciones. No se trata de hacer juicios desde una postura de distante superioridad, sino de ponernos al lado de los que sufren.
A la acción de gracias por nuestra propia familia y por todo lo que en ella y de ella hemos recibido, y seguimos recibiendo. En tiempos difíciles se pone de manifiesto el valor de la familia como estructura básica de apoyo y sostén de la persona. Invitación también a la petición: por tantas situaciones familiares de falta de comunicación y entendimiento, de incomunicación, de ruptura, y por todos aquellos especialmente, los más pequeños y los más ancianos, que son las principales víctimas de estas situaciones. No se trata de hacer juicios desde una postura de distante superioridad, sino de ponernos al lado de los que sufren.
Invitación, finalmente, a la reflexión. Una reflexión sensata que, atenta a la situación de nuestro mundo, sea capaz de subrayar unos valores evangélicos que puedan ayudar a la diversidad y complejidad de las situaciones familiares de nuestro tiempo. Amor, capacidad de perdón, esfuerzo de diálogo, atención al detalle cotidiano, , sinceridad... son puntos de encuentro entre la vida cotidiana y familiar y el evangelio; puntos de encuentro que hay que frecuentar.
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