"Ventana abierta"
Comentarios breves de Darío Mollá, S.J.
La primera lectura y el evangelio de hoy tienen un elemento en común: hablan de una viña y del Señor de la viña. En ambos casos un Señor que cuida su viña con cariño y que pone todas sus esperanzas en los frutos de la viña. Tras ese elemento en común, la primera lectura se refiere a la viña misma, y el evangelio habla de los labradores que la han de cuidar.
En la lectura de Isaías, el Señor expresa su queja porque esa viña tan cuidada no ha dado los buenos frutos que cabía esperar, sino agrazones. ¡Tanto trabajo y tanto cuidado desaprovechados, perdidos! Es una interpelación al fruto que dan en nosotros las cualidades y dones que Dios nos ha dado, a tanto bien desaprovechado...
En el evangelio la queja es por aquellos que, constituidos en labradores de la viña, quieren guardar para sí los frutos y no entregarlos, como corresponde, al Señor, llegando incluso a matar a su hijo. Es una interpelación a la avaricia y a la codicia que retiene en manos propias, que roba, los bienes que el Señor ha querido cultivar para todos.
Dos modos de mal utilizar los dones de Dios: desaprovecharlos y apropiárselos.
En la lectura de Isaías, el Señor expresa su queja porque esa viña tan cuidada no ha dado los buenos frutos que cabía esperar, sino agrazones. ¡Tanto trabajo y tanto cuidado desaprovechados, perdidos! Es una interpelación al fruto que dan en nosotros las cualidades y dones que Dios nos ha dado, a tanto bien desaprovechado...
En el evangelio la queja es por aquellos que, constituidos en labradores de la viña, quieren guardar para sí los frutos y no entregarlos, como corresponde, al Señor, llegando incluso a matar a su hijo. Es una interpelación a la avaricia y a la codicia que retiene en manos propias, que roba, los bienes que el Señor ha querido cultivar para todos.
Dos modos de mal utilizar los dones de Dios: desaprovecharlos y apropiárselos.
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