"Ventana abierta"
Comentarios breves de Darío Mollá, S.J.
La mujer que, entre el gentío levantó la voz para ensalzar a María fue la primera entre una multitud de personas que, a lo largo de la historia, han ensalzado a María y la han alabado porque han visto en ella la que con su entrega hizo posible la encarnación de Dios en nuestra historia. La Virgen del Pilar ha sido y es para muchas personas a que les ha acercado a la bondad de Dios y a la persona de su hijo Jesús.
Como a los Once en Jerusalén, María ha acompañado a los seguidores de Jesús en todos los días de su vida, los días de la esperanza y los días de tristeza. Su presencia orante junto a nosotros es una bendición y una ayuda inestimables. Orar con ella, junto al Pilar, es una gracia especial.
A todos nosotros, Jesús nos recuerda que la grandeza de María es haber escuchado la palabra de Dios y haber sido fiel a ella. Nada alegrará tanto a María como que nuestra escucha de la palabra de Dios y nuestra fidelidad a la misma imiten en alguna manera la suya. Entonces es cuando con más gozo nos reconocerá como hijos suyos.
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