"Ventana abierta"
EL ÁRBOL
DE LOS PROBLEMAS
Web católico de Javier Olivares
El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer año de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa en mi automóvil, permaneció en el más absoluto silencio.
Una
vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.
Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente
frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.
Su bronceada cara estaba plena de sonrisas.
Abrazó a sus dos
pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta
el coche.
Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca
de lo que había visto hacer un rato antes.
"Oh, ese es mi árbol de los
problemas" contestó.
Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo,
pero una cosa es segura, los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa,
ni a nuestros hijos.
Así que simplemente, cada noche cuando llego a casa, le
digo al Señor:
"Te dejo colgados mis problemas en este árbol. Ayúdame por
favor, Señor, a afrontarlos de la manera más adecuada" .
Luego por la
mañana los recojo otra vez diciendo:
"Señor, recojo nuevamente mis
problemas. Ayúdame por favor a resolverlos".
Lo maravilloso es, dijo
sonriendo, que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los
que recuerdo haber colgado la noche anterior, gracias a Dios.
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