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sábado, 24 de diciembre de 2022

Felicitación y Reflexión: "Mi felicitación". P. Leonardo. S.J. Sábado, 24 - Diciembre - 2022

"Ventana abierta"

 Mi felicitación

P. Leonardo Molina García. S.J. 

Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín,
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven y muéstranos el camino de la salvación.


Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.


Oh Renuevo del tronco de Jesé,
que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más. 


Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra a los cautivos
que viven en tinieblas y en sombra de muerte.


Oh Sol que naces de lo alto,
Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia:
ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.


Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,
Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo:
ven y salva al hombre,
que formaste del barro de la tierra.


Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro,
esperanza de las naciones y salvador de los pueblos:
ven a salvarnos, Señor Dios nuestro

Amigos: soy ya viejo y,  la verdad, no me entusiasman tantos jolgorios, cabalgatas, luces con renos y músicas ambientales. También es verdad;  que me agradan las bolsas del amor que salen de los almacenes y las tiendas. Mucho más me agradan las comidas familiares ¡hasta las de empresa!,  la gente loca en los andenes de los trenes o los aeropuertos esperando salir de estampida a las vacaciones o a visitar a sus familiares. Los niños vestidos de pastorcitos me encantan, verlos rodeados por sus padres y pastoreados por sus profesores. Yo también he visitado los belenes y los he admirado (o criticado…y comparado) y me he puesto en cola para contemplarlos…

Pero como soy viejo, (veterano diría) me he parado y me pregunto. Y todo este barullo, estas escenas kirchs, PARA QUÉ y POR QUÉ.

Y esa contemplación me lleva a la figura centro: Jesús. Lo contemplo. Alucino. Agradezco y admiro. Me sorprendo de todo un Dios que ama tanto y ahora nos ama. Y digo ¡Aleluia! ¿Cómo es posible tanto amor y tanto perdón y tanta compañía cuando nosotros sí, nosotros, tratamos tal mal su presencia y a nuestros hermanos…?

San Juan de la Cruz lo comprendió mejor cuando aquella noche en su convento le pusieron en sus manos un Niño Jesús. “Mi tierno y dulce Jesús / si amores me han de matar/ agora tenéis lugar”…

Y de mirar intensamente a este Dios entre nosotros salimos con el corazón lleno de amor de agradecimiento…y de seguimiento.

Sí, porque Jesús vino a cambiar los corazones nuestros. Y nacía así desde lo más débil para que lucháramos, sufriéramos si hacía falta, por un mundo mucho mejor. Él, desde la debilidad de un pesebre, comenzó a caminar con nosotros, a llorar con nosotros, a reír con nosotros, a denunciar con nosotros, a proponer con nosotros, a amar con nosotros hasta la última gota de sangre. Predicó y nos guió hacia un mundo de paz, amor, justicia, libertad, verdad. Y lo cumplió…

Cuando oigo y veo (afortunadamente oigo y veo, no sufro) la guerra de Ucrania, la maldad sobre mujeres obligadas a abortar para que no criaran futuros enemigos de sus intereses o asesinaban a los niños futuros enemigos en un país africano, cuando veo el racismo, el colonialismo, la ceguera de nuestros países ricos, sus parálisis de corazón…me digo: ¿adónde y para qué tanta alegría? Si tenemos en ese Niño el camino certero de la felicidad auténtica y lo escondemos en figuras de barro adornadas de muchas luces…

¡Oh Sabiduría salida de la boca de Dios! Saber y sabor. ¡Ven a enseñarnos el camino de la salvación!

Y entonces sí: saltaremos de alegría, regalaremos, viviremos la fraternidad…y habrá futuro.

En fin; son las reflexiones de un viejo anticuado…Pero que espera quizás lo que de joven no esperó y me divertía…

Y, con todo, Felices fiestas, feliz Navidad. Ojalá, en buen sentido. Ojalá seamos más conscientes, más competentes, más compasivos y más comprometidos al salir de estas fiestas de Navidad. Y Dios por encima de todo.

Leonardo Molina S.J.

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