"Ventana abierta"
ÁNGELUS
SIN FANATISMO
Debemos rehuir todo fanatismo.
En verdad, si razonamos, nos hiere toda clase de fanatismo, de intransigencia, de prepotencia, cuando se planta ante nosotros nos incomoda, nos asusta, y corremos el riesgo de huir solo y no preocuparnos de que siga existiendo y creciendo.
Hemos de rehuirlo, combatirlo, es una enfermedad, un vicio que ahoga los espíritus y los empequeñece.
Alguien dijo:
"El espíritu de un fanático es como la pupila del ojo, cuanto más intensa es la luz, más se contrae".
Debemos rehuir todo lo que no resista la luz, la claridad, la verdad.
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