"Ventana abierta"
Una mujer subiendo al Cielo
entre cantos de gloria y
alabanzas:
los Ángeles la elevan desde
el suelo
perfumada de incienso y de
fragancias.
En su vida terrena fue
sencilla,
atenta a hacer de Dios la
voluntad;
hizo el Señor en ella
maravillas,
prendado de su amor y su
humildad.
Unida siempre a Dios, que
es Uno y Trino,
recibe de sus manos la
corona,
justo premio al final de su
camino,
a quien fue fiel Hija,
Madre, Esposa.
Ha sido por los siglos de
los siglos
inspiración de pintores y
poetas,
que la supieron ver cuán
buenos hijos:
es la Madre de Dios y Madre
nuestra.
José García Velázquez
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