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miércoles, 27 de julio de 2022

RINCÓN PARA ORAR. SI ENCONTRAMOS EL REINO DE DIOS, VENDAMOS TODO. Miércoles, 27 - Julio - 2022

   "Ventana abierta"

RINCÓN PARA ORAR

SOR MATILDE

SI ENCONTRAMOS EL REINO DE DIOS, VENDAMOS TODO


44 « El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel. »
45 « También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas,
46 y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra. (Mt. 13,44-46)

Nos pone aquí Jesús, dos parábolas del Reino. En la primera nos dice que, “el tesoro está escondido” y el que lo encuentra quiere esconder a todos su hallazgo, porque no quiere que se lo quiten. Y mientras, hace todo lo pertinente para adquirir, con sus bienes, todo lo necesario para, a escondidas y sin mostrar su intención, comprar el campo. Dice un salmo: “es verdad, Tú eres un Dios escondido”. Y es que, lo que vale de veras, nunca está “a pública subasta”, para ser manoseado y tocado con “manos impuras”. Porque, “el Reino de Dios, está dentro de vosotros”, y no fuera.

Este Reino, es sobre todo un tesoro que a nada se puede comparar. Vamos por la vida buscando el amor, no cualquier amor, que, éstos, se nos ofrecen por todas las esquinas y a todas las horas. El amor que buscamos es el Amor de Dios, aunque no sepamos formularlo con estas palabras. Todos los demás amores, por sus frutos se conocen: dejan gran vacío y aumenten mi sed de amar. Y si cultivamos el amor humano, sano, aún éste, me deja insatisfecho, porque no es el Amor de Dios, el Espíritu Santo, la Tercera Persona en la Trinidad de Dios, tres veces Santo.

Dios, quiere darnos el Espíritu Santo, pero sólo lo entregará a los corazones que han cavado un gran vacío en ellos, entonces, cuando llega, uno, reconoce enseguida que, es Él, el que siempre esperábamos y con esta “llenura”, entraremos en la vida eterna, sin hacer un corte sustancial entre mi vida terrena y la Bienaventuranza. Y aquí se cumple ya en nosotros, lo que Jesús ha hecho de verdad en mi ser: “todo nuevo”.

En la segunda parábola, se nos habla de “una perla de gran valor”. Esto, lo distingue el comerciante porque es experto en apreciar “lo que vale de veras”. En las dos parábolas, Jesús, nos dice que, “lo venden todo, para comprar el objeto precioso”. Es decir, que, venden todas las seguridades y apoyaturas humanas, porque, ante la Roca que es Jesucristo, el Reino de Dios, nuestros montajes para tener vida, son irrisorios y débiles, carentes de fuerza y poder auténtico. Todos nuestros proyectos, no son más que fuegos fatuos, que, se desvanecen en mí mismo, donde han sido formulados. Porque los planes de Dios para mi vida, son siempre salvadores y eternos, llenos de su Amor.

¡Dichoso el hombre que, cuando planea su vida, cuenta en todo con la voluntad de Dios sobre él! Éste, “camina de baluarte en baluarte, hasta ver a Dios en Su Reino”. Y cuando habla de algo futuro, añade siempre: “si Dios quiere”! Esta, es una muy buena costumbre, pues tanto en lo próspero como en lo adverso, su espíritu está ágil y moldeable para adaptarse al querer divino que, siempre será lo bueno y lo mejor para mí.

¡Estemos vigilantes y despiertos, pues cuando menos lo espere, se me mostrará el Reino de Dios y el vivir para siempre con Él, será ya una realidad muy gozosa!...

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