"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la
justicia.
Isaías 46: 12
¿No es mi palabra como fuego, dice el Señor, y
como martillo que quebranta la piedra?
Jeremías 23: 29
La dureza de corazón
Un preso recibía cada año este devocional, pero
nunca leía ni siquiera una página; sencillamente lo guardaba junto con sus
demás libros en su celda.
Debido a unos hechos graves que había cometido,
fue aislado con prohibición total de visitas, comunicación con otros presos, y
solo se le autorizó a tener un libro, el cual pidió a su familia. Su madre le
envió un calendario como el que usted tiene en sus manos, y al recibirlo,
inmediatamente se dio cuenta de que se trataba de aquel pequeño libro que había
despreciado durante mucho tiempo. Sabía que en él había pasajes de la Palabra
de Dios. Por primera vez lo leyó con detenimiento y encontró la salvación de su
alma por la fe en Cristo Jesús.
Dios es paciente con el hombre y se compadece
de él. El hombre es indiferente a Dios pero él no se enoja, sino que trabaja en
su corazón por más duro que sea, a veces durante muchos años. Su bendita
Palabra, al igual que un martillo, dará todos los golpes que sean necesarios
hasta quebrantar el duro corazón.
Amigo lector, no espere llegar a situaciones
extremas para rendir su vida a Cristo. Crea en Él, recíbale hoy mismo como su
Salvador. Él dio su vida en la cruz por usted y durante mucho tiempo estuvo
esperándole. Su sangre preciosa que derramó le limpia de todo pecado (1
Juan 1: 7). “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos
4: 7). “Por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo
ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (Romanos
2: 5).
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