"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Mía es toda bestia del bosque… mío es el mundo
y su plenitud… invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.
Salmo 50: 10, 12, 15
Antes que clamen, responderé yo; mientras aún
hablan, yo habré oído.
Isaías 65: 24
Un Dios fiel
Esa noche Ana estaba preocupada. Vivía en una
casa aislada. Su marido y su hijo habían salido todo el día. Una gran tormenta
los había obligado a buscar un refugio para pasar la noche. Ana estaba asustada
porque tendría que pasar la noche sola. Por el vecindario rondaban dos hombres
peligrosos… Entonces se arrodilló y suplicó a Dios que le ayudase a vencer el
miedo. No había terminado de orar cuando escuchó unos ladridos afuera. Abrió la
puerta y el perro de los vecinos entró cubierto de nieve. Fue directamente a
acostarse cerca del fuego y la miró con inteligencia, como si le dijera: “No
tengas miedo, voy a cuidar de ti”. Agradecida, Ana se acostó y durmió
tranquilamente.
Al día siguiente sus vecinos le contaron que
desde hacía años su perro nunca había dejado su dormitorio durante la noche.
Pero que ayer, después de dos horas luchando para que se acostara, al fin lo
dejaron salir, para poder dormir… El animal se fue rápidamente a la casa de
Ana.
¡Esta historia nos muestra que Dios, a quien
todo obedece, puede emplear incluso un animal para responder a las necesidades
de los suyos!
También nos muestra que Dios conoce anticipadamente nuestras necesidades y prepara la respuesta a una oración que todavía no hemos formulado. Precisamente en el momento en que Ana oraba, el perro estaba agitado tratando de hacer que sus dueños lo liberasen. ¡Ana recibió la respuesta, según Su promesa, en el momento oportuno! (Hebreos 4: 16).
No hay comentarios:
Publicar un comentario