"Ventana abierta"
La Buena Semilla
(Jesús dijo:) Al que tuviere sed, yo le daré
gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Apocalipsis 21: 6
El agua que yo le daré será en él una fuente de
agua que salte para vida eterna
Juan 4: 14
¿Sed de qué?
Las diversas clases de “sed moral” que siente
el ser humano pueden compararse con la sed física.
En este mundo de tantas desigualdades y tanta
corrupción, todos tenemos sed de justicia. Dios promete: “Bienaventurados los
que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo
5: 6).
En un mundo moralmente tan sucio, muchos tienen
sed de pureza. Dios está dispuesto a responder a esta aspiración y a
recompensarla. “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a
Dios” (Mateo 5: 8).
En una sociedad dura y egoísta, el individuo
está privado de amor. Dios ya respondió perfectamente a esta necesidad: “De tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3: 16).
En este mundo inquieto y atormentado, el ser
humano busca la paz. “La paz os dejo, mi paz os doy”, declaró Jesús (Juan
14: 27).
Para saciar toda “sed”, no sirve embriagarse en
los placeres, las distracciones, las experiencias extremas. Es necesario
encontrar una fuente fiable. ¡Dios nos la ofrece! En Jesús nos da una fuente
que nunca se agota.
No perdamos nuestro tiempo corriendo hacia las
diversas fuentes que el mundo propone. Vayamos a Aquel que quiere y puede
saciar toda nuestra “sed”. Jesús nos invita: “Si alguno tiene sed, venga a mí y
beba” (Juan 7: 37).
“El que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22: 17).
No hay comentarios:
Publicar un comentario