"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El autor nos conduce en estos cinco minutos diarios para abrirnos al Espíritu de Dios y percibir la fuerza de su consuelo.
El Espíritu Santo nos regala su paz. Pero la
paz debe ser buscada de nuevo cada día, porque permanentemente hay cosas que
vuelven a perturbarnos: el orgullo herido por una palabra que nos dijeron, el
temor de que suceda algo desagradable, una cosa que no nos salió bien, el dolor
de haber dicho algo que no debíamos decir, el deseo de algo que no podemos
conseguir, etc. Todo eso nos va quitando la paz.
Por eso, no hay que dejar pasar varios días sin
volver a rogarle al Espíritu Santo que nos pacifique por dentro con su caricia
de amor.
También para esto se puede utilizar la
imaginación:
Tomo conciencia de las cosas que me están perturbando por dentro e imagino cada una como una gota que cae y se hunde en un arroyo que la arrastra. Hasta que siento dentro de mi corazón un dulce vacío. No han quedado perturbaciones, y ahora ese hueco se llena de calor, de fuerza, de vida, de fuego que consume todo resto de preocupación: Es el fuego del Espíritu Santo que todo lo invade.
No hay comentarios:
Publicar un comentario