"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Dios, que es rico en misericordia… aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia
sois salvos).
Efesios 2: 4-5
El Dios de toda gracia, que nos llamó a su
gloria eterna en Jesucristo.
1 Pedro 5: 10
La verdadera gracia de Dios (2)
La historia de Mefi-boset, mencionada ayer, nos
ayuda a comprender la gracia divina. Estas son algunas de sus características:
- La gracia es soberana. Nada obligaba al
rey David a preocuparse por los descendientes de Saúl, quien lo había odiado.
- La gracia se dirige a los que no merecen
nada, y brilla aún más cuando el beneficiario es indigno. Nieto de Saúl y cojo,
Mefi-boset no tenía ningún mérito para hacer valer ante David.
- La gracia actúa en pleno conocimiento de
causa. David no ignoraba el origen y la discapacidad de Mefi-boset. Por lo
tanto, este podía estar tranquilo. ¡David sabía muy bien quién era aquel a
quien invitaba a su mesa!
- La gracia da gratuita y abundantemente.
David mandó traer a Mefi-boset, lo colmó de bienes y le dio un lugar de honor.
Todo esto sin esperar nada a cambio. (Pretender pagar algo que nos es dado es
una ofensa al dador).
- La gracia echa fuera el temor y produce
confianza. El nieto de Saúl se presentó con miedo ante el rey. Pero este le
dijo: “No tengas temor”. Lo tranquilizó y ganó su confianza. Mefi-boset siguió
siendo cojo, pero pudo sentarse a la mesa de David en paz, feliz y confiado.
- La gracia suscita la adoración.
Mefi-boset estaba maravillado y confundido ante las bondades manifestadas por
David. Con el sentimiento profundo de su indignidad, se postró y dijo: “¿Quién
es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?” (2 Samuel 9: 8).
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