"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Juan 11: 25
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie
viene al Padre, sino por mí.
Juan 14: 6
¿Crees esto?
En la entrada de un cementerio hay un letrero
que dice: “Esperando Juan 11: 25”. Es una referencia del versículo arriba
citado y un testimonio de la fe en la resurrección.
En este pasaje Jesús declaró a Marta, quien
estaba llorando por la muerte de su hermano: “Yo soy la resurrección y la
vida”. Y le preguntó: “¿Crees esto?”. Esta pregunta se dirige a todos nosotros,
y de manera especial cuando estamos en un cementerio. De la respuesta que demos
dependerá nuestra condición eterna. Solo hay una alternativa: “si crees, verás
la gloria de Dios” (v. 40), o: “moriréis en vuestros pecados… si no
creéis” (Juan 8: 24).
Jesús murió, pero resucitó y ahora vive
eternamente. Él dijo al apóstol Juan: “No temas; yo soy el primero y el último;
y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los
siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte” (Apocalipsis 1: 17-18). Todos
los que confían en él pueden estar seguros de que, incluso si mueren, vivirán
para siempre. Verán la gloria de Dios. Cuando el Señor venga, el poder de Dios
se desplegará para resucitar los cuerpos de los creyentes.
Pero “la ira de Dios está sobre” los que
rehúsan creer en el Hijo de Dios (Juan 3: 36). Para ellos, la muerte
marcará una separación definitiva con Dios, en el lugar de los tormentos
eternos, en el “lago de fuego” (Apocalipsis 20: 10).
Dios quiere que todos los hombres sean salvos.
Aún hoy perdona a todo el que se arrepiente y cree en el Señor Jesús.




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