"ventana abierta"
De la mano de María
Héctor L. Márquez (Conferencista católico)
REFLEXIÓN PARA LA FIESTA DE NUESTRA SEÑORA
DE FÁTIMA
“Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te
espero y yo te amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no te
esperan y no te aman”.
Hoy es 13 de mayo, fecha en que la Iglesia
conmemora la aparición de la Virgen María a los niños Lucía, Jacinta y
Francisco en un lugar llamado Cova de Iría (Ensenada de Irene), cerca de Fátima, Portugal, aparición que dio
origen a la advocación de Nuestra Señora de Fátima.
La primera aparición estuvo precedida por
varias apariciones de un ángel que exhortó a los niños a orar repitiendo las
siguientes palabras: “Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te espero y yo te
amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no te esperan y no te
aman”. Después de repetir esta oración tres veces, el ángel les dijo: “Oren de
esta forma. Los corazones de Jesús y María están listos para escucharlos”.
Me llama la atención el hecho de que cuando el
ángel del Señor se apareció a los niños les dijo: “No tengan miedo. Soy el
ángel de la paz. Oren conmigo”. No tengan miedo. Las mismas palabras que el ángel le dijo a María en la Anunciación (Lc
1,30).
El 13 de mayo de 1917, casi ocho meses después
de la última aparición del ángel, mientras pastoreaban el rebaño de su familia
en la Cova de Iría, la Santísima Virgen se le apareció a los niños bajo el
nombre de Nuestra Señora del Rosario. De hecho, el primer mensaje de la Virgen
a los niños fue que rezaran el Santo Rosario todos los días para traer la paz
al mundo. Para ese tiempo la Primera Guerra Mundial estaba en pleno apogeo.
Pero tal vez la aparición más conocida, por lo
espectacular y por el número de testigos (unas 70,000 personas), fue la última,
que ocurrió el 13 de octubre de 1917, en el mismo lugar. Es el llamado “milagro
de cielo de Fátima” o el “milagro del sol”. Este suceso se considera el
fenómeno sobrenatural más grande del siglo XX.
Según los múltiples relatos del suceso, luego
de una lluvia torrencial el sol salió, y ante la mirada atónita de los
presentes, giró tres veces sobre sí mismo mientras emitía luces de múltiples
colores, dando la impresión de que iba a caer sobre ellos, lo que provocó que
muchos gritaran de miedo. Mientras esto sucedía, los niños videntes tuvieron
visiones de San José con el Niño, Nuestra Señora de los Dolores, y Nuestra
Señora del Carmen. Este fenómeno del sol duró aproximadamente diez minutos y,
al terminar, las ropas de todos los presentes, que se habían empapado con la
lluvia torrencial, estaban totalmente secas, al igual que el suelo del lugar.
Pidamos a Nuestra Señora de Fátima que nos
ayude a perseverar en el rezo del Santo Rosario, y que lleve nuestras súplicas
a su Hijo para que el mundo alcance la paz que tanto anhelamos, sobre todo en
el Mediano Oriente, para que termine la matanza de cristianos.
Repitamos la oración que el ángel enseñó a los
pastorcitos:
“Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te
espero y yo te amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no te
esperan y no te aman”. Amén.
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