"Ventana abierta"
La Buena Semilla
El día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan : Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina.
1 Tesalonicenses 5: 2-3
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
Salmo 62: 7
Una tranquilidad aparente
Testimonio
Fred Kamaka todavía recuerda : “Era diciembre
de 1941, yo estaba en Hawái y tenía 17 años. Esa mañana acababa de llegar a la
escuela. El tiempo estaba maravillosamente tranquilo, el cielo azul y el aire
impregnado del aroma de las flores. Pequeñas nubes se pegaban a la montaña. Se
podía ver hasta Pearl Harbor, donde ocho grandes buques de guerra estaban
anclados, bien visibles. También había ocho cruceros de batalla, veintinueve
destructores… toda la flota americana del Pacífico.
De repente algunos aviones aparecieron por
encima de la montaña. Luego, cada vez más numerosos, descendieron en picada
para soltar sus bombas. Vi bolas de fuego y nubes de humo antes de escuchar las
detonaciones. Nadie esperaba el ataque japonés. ¡La guerra acababa de estallar
en el Pacífico ! Habría consecuencias terribles, por ejemplo, las bombas
atómicas que cayeron en Japón”.
El día del juicio de Dios será mucho más
terrible todavía. Los profetas del Antiguo Testamento, el Señor Jesús mismo y
sus apóstoles hablaron de ello. Ese día también llegará inesperadamente, pero
la humanidad ha sido advertida a tiempo. Dios no quiere que los hombres se
pierdan, sino que todos sean salvos (1 Timoteo 2: 4). Por ello la Biblia, su Palabra, y los cristianos advierten de
parte de Dios : “Persuadimos a los hombres… Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5: 11, 20). Es urgente aceptar hoy su gracia, con agradecimiento y con un corazón
arrepentido.
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