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domingo, 31 de enero de 2021
HOY EL RETO DEL AMOR ES PONER EL PLAN DE TU DÍA EN MANOS DE CRISTO. Domingo, 31 - Enero - 2021
"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES PONER EL PLAN DE TU DÍA EN MANOS DE CRISTO
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
ESCARMENTANDO A FUERZA DE FRÍO
Es cierto que las temperaturas vuelven a ser algo más
llevaderas, pero, estos días pasados, he aprendido (de nuevo) la lección de
todos los inviernos: ¡¡que hay que respirar por la nariz!!
Parece algo bastante evidente, lo sé, no es ningún
descubrimiento... pero, cuando vives con la nariz congestionada por menos de
nada, es importante recordarlo.
Sin darme cuenta, acabo respirando por la boca
(especialmente cuando estoy hablando) y... termino con “cuchillos en la
garganta”. Mira que lo sé... ¡pero es que me parece más cómodo!
De pronto, en la oración, me di cuenta de que este
detalle es un reflejo de la confianza.
Sí, porque parece que por la boca puedes tomar más aire,
de forma más rápida... pero de lo que no te das cuenta es de que te estás
hiriendo la garganta, ¡hasta que ya es demasiado tarde! La nariz en cambio me
resulta un camino más lento, como dar mucho rodeo... claro que es necesario
para que el aire se purifique y se caliente.
¡Y así nos sucede a nosotros! Podemos tener muy claro el
camino a seguir, el proyecto por el que luchar... pero solo el Señor conoce
cuál es el verdadero camino para nosotros, ese que, al seguirlo, llenará de
vida nuestros pulmones, ¡sin lesionarnos!
A veces tengo la sensación de que Cristo me invita a ir
“por el camino largo”, dando un rodeo... A mí me entra la prisa (“¿pero no
podemos ir directamente al grano?”)... sin embargo, empiezo a pensar que
nuestro corazón, como el aire, necesita su tiempo para purificarse,
templarse...
Confiar en Cristo es un riesgo, es dejar que sea Él
quien marque el rumbo, ¡es un salto al vacío! La confianza es la locura de
poner tu vida en manos de Otro. Podemos sentir vértigo... pero nuestro Guía,
aunque parezca desviarse o dar rodeos, sabe muy bien el camino que toma, y, en
cada paso, nos está protegiendo.
Aunque toda tu lógica te grite lo contrario, ¡confía y
sigue detrás de Él!
Hoy el reto del amor es poner el plan de tu día en manos de Cristo. Seguramente ya tengas un boceto de todo lo que pretendes hacer a lo largo de la jornada. Bien, ese es el camino que ves tú, pero, ¿cómo lo ve el Señor? Dale permiso para guiar tus pasos y, si surge un contratiempo o un imprevisto, ¡vívelo de Su mano! Él sabe lo que es mejor para ti. Aunque te toque dar un rodeo, ¡confía! ¡Feliz domingo!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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Oración de Comunión Espiritual. Domingo, 31 - Enero - 2021
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Oración de Comunión Espiritual
REFLEXIÓN PARA EL CUARTO DOMINGO DEL T.O. (B) 31 - ENERO - 2021
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De la mano de María
Héctor L. Márquez
(Conferencista católico)
REFLEXIÓN PARA EL CUARTO
DOMINGO DEL T.O. (B)
“Cállate y sal de él”. Y el espíritu “dando un
grito muy fuerte, salió”.
Continuamos adentrándonos en el Tiempo
ordinario. La figura de Cristo-predicador sigue tomando forma y, junto con
ella, se va revelando la divinidad de Jesús. El misterio de la Encarnación.
La primera lectura que nos ofrece la Liturgia
(Dt 18,15-20) nos prefigura la persona de Cristo: “Un profeta, de entre los
tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo
escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la
asamblea: ‘No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver
más ese terrible incendio; no quiero morir.’ El Señor me respondió: ‘Tienen
razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras
en su boca, y les dirá lo que yo le mande’”.
De ahí que a Jesús se le llame el “nuevo
Moisés”, ya que en Él se cumple a plenitud la profecía contenida en este
pasaje. Esto lo vemos más claramente en Mateo, cuyo objetivo es probar que
Jesús es el Mesías prometido. Por eso establece un paralelo entre ambos
personajes: Moisés y Jesús perseguidos en su infancia, Moisés y Jesús
ofreciendo un pan de vida, y Moisés y Jesús dando la Ley en una montaña.
En la lectura evangélica de hoy (Mc 1,21-28)
vemos el comienzo de la misión de Jesús. Lo encontramos entrando a Cafarnaún.
Apenas cuenta con cuatro discípulos, pero no espera, tiene que cumplir su
misión y sabe que tiene poco tiempo. Lo vemos predicando en la sinagoga (algo
no muy común en Jesús, que prefería hacerlo al descampado). Todos se
maravillaban de la autoridad con que exponía su doctrina, porque lo hacía, no
como lo escribas (que no aventuraban interpretar la ley a menos que su juicio
estuviera avalado por las escrituras), “sino con autoridad”. Otra muestra de la
divinidad de Jesús, quien había venido a dar plenitud a la Ley y los profetas
(Mt 5,17). Todos perciben que Jesús habla con una autoridad que viene desde el
interior de sí mismo y que solo puede venir del mismo Dios. Tal vez todavía no
tienen claro que Él es Dios, pero este episodio constituye el primer atisbo de
esa divinidad que se seguirá manifestando a través del Evangelio.
Y para que no quede duda sobre su “autoridad” y
su superioridad sobre todo, la Escritura nos presenta a un hombre poseído por
un “espíritu inmundo” que se encuentra con Jesús en la sinagoga. El espíritu
increpa a Jesús y, una vez más, Jesús habla con autoridad: “Cállate y sal de
él”. Y el espíritu “dando un grito muy fuerte, salió”. Todos estaban
asombrados, confundidos, y se decían: “¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad
es nuevo”. Y eso, que estamos apenas comenzando, es el primer día de
predicación de Jesús.
Y yo, ¿tengo claro quién es Jesús? ¿He sido
testigo de su poder? Cuando hablo de Él, ¿presento una imagen de “estampita”
sobre su persona, o soy capaz de presentar mi experiencia de la divinidad de
Jesús y cómo ha obrado en mí?
Que pasen un hermoso domingo, y no olviden
visitar la Casa del Señor, aunque sea de manera virtual.
Comentarios a la Palabra de Dios. DOMINGO IV (T. ORDINARIO) -EL “VERDADERO PROFETA” ENSEÑA CON AUTORIDAD- 31 - Enero - 2021
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Dominicas Lerma
Comentarios a la Palabra de Dios
DOMINGO IV (T. ORDINARIO)
-EL “VERDADERO
PROFETA” ENSEÑA
CON AUTORIDAD-
Dt. 18, 15-20
15
Yahveh tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta
como yo, a quien escucharéis.
16
Es exactamente lo que tú pediste a Yahveh tu Dios en el Horeb, el día de la
Asamblea, diciendo: « Para no morir, no volveré a escuchar la voz de Yahveh mi
Dios, ni miraré más a este gran fuego ».
17
Y Yahveh me dijo a mí: « Bien está lo que han dicho.
18
Yo les suscitaré, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti,
pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande.
19
Si alguno no escucha mis palabras, las que ese profeta pronuncie en mi nombre,
yo mismo le pediré cuentas de ello.
20
Pero si un profeta tiene la presunción de decir en mi nombre una palabra que yo
no he mandado decir, y habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá. »
- El modo de relación con Dios del pueblo
bíblico no es el de las religiones naturalistas: no intenta el dominio del
absoluto por la magia, sino que se orienta hacia él en actitud de adoración.
Dios se deja sentir cerca de la palabra y por el
mediador que es el profeta. Este mitiga la luminosidad del
infinito, al traducir su presencia en lengua humana. El profeta no posee la
palabra, sino que la palabra le posee. Ahí la diferencia entre profeta y
profeta (Nm. 12, 6).
- Paralelamente a la institución de la
realeza de que habla (17, 14-20), se trata aquí de la institución del
profetismo que Moisés atribuye a Jahvé con ocasión de la teofanía del
Horeb (Ex. 10, 17-29; Dt. 5, 23-28), institución a la que alude Pedro en (Act.
3, 22-26) y San Esteban (Act. 7, 37). Basándose en este texto del Dt. los
judíos esperaban al Mesías como un nuevo Moisés (Jn. 1, 21).
El Evangelio de Jn. subraya el paralelismo entre Jesús y Moisés (Jn.
1, 17).
I Cor. 7, 32-35
32
Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas
del Señor, de cómo agradar al Señor.
33
El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer;
34
está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se
preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el esp1ritu.
Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
35
Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros
a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división.
- Los profesionales de la evangelización
optan por el celibato para poder dedicarse plenamente
a la difícil y peligrosa aventura de proclamar el Evangelio, de aquí su
pobreza, su compromiso y su provisionalidad en todas las cosas.
- Sigue San Pablo exponiendo lo bueno y lo
mejor (7, 29-31). Ahora nos habla de los cuidados (5 veces se
nombran y bajo una doble valoración: el cuidado mundanal, prohibido
a los cristianos y el cuidado de las cosas del Señor). Los casados
se hallan divididos en dos formas de agradar: al Señor y al mundo
(Lc. 14, 20), se ve en la precisión de servir a dos señores. No debería ser así
si ambos consortes quieren pertenecer enteramente al Señor. Pero entran en
juego muchos elementos y la atención está dividida. San Pablo empujado por el
celo de Dios, se muestra aquí escéptico y no puede menos de desear de todo
corazón que se entreguen totalmente y sin turbación al Señor.
- He aquí una invitación y una
exigencia: la de ser capaz de reconocer y abrazar esta llamada
positiva. “La
mujer soltera” (se
refiere a las viudas o bien a las mujeres que en su anterior vida pagana
mantenían relaciones no legítimas) “y la virgen” (voluntaria por el Señor) ambas “se preocupan del Señor”, no tiene en cuenta aquí Pablo de aquellos que desearían
casarse, pero no llegan al matrimonio, aunque en todo caso, estos célibes
involuntarios pueden ver con fe su forzosa privación como una llamada positiva
a ocuparse del Señor.
Mc. 1, 21-28
21
Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a
enseñar.
22
Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas.
23
Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo,
que se puso a gritar:
24
« ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos?
Sé quién eres tú: el Santo de Dios. »
25
Jesús, entonces, le conminó diciendo: « Cállate y sal de él. »
26
Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de
él.
27
Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: « ¿Qué
es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los
espíritus inmundos y le obedecen. »
28
Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
- La sección de Cafarnaúm (1,
21-39) es una vieja unidad tradicional que Mc. se encontró formada y que
contiene desde luego datos históricos; pero que patentiza el propósito de la
Iglesia primitiva.
(v. 21-22) - Cafarnaúm (Tell
Hum), hoy sólo unas ruinas, era entonces lugar fronterizo de la región
gobernada por Herodes Antipas, con un puesto aduanero y una guarnición militar.
En los primeros tiempos, Jesús desarrolló aquí una gran actividad viviendo en
la casa de Simón y de Andrés (1, 29) (9, 33; 3, 20; 7, 17). Esto corrige un
poco la imagen del Jesús inquiero e itinerante; Cafarnaúm era una especie de
cuartel general al que volvía con frecuencia, recorriendo los lugares circundantes
(1, 38).
- La actividad de Jesús pronto
llamó la atención en todas partes, atrayéndose a mucha gente. Jesús anunciaba
el reino de Dios, enseñaba con autoridad y manifestaba
la fuerza salvadora de Dios con la expulsión de demonios y curaciones. Es
el comienzo de una nueva era y confirmación de su mensaje (1, 15), pero es
también manifestación de sí mismo en las obras.
- “En seguida”, en Cafarnaúm, enseña en la sinagoga entrando
con sus discípulos (1, 21.23.28.29 etc.) y ellos también intervienen (6, 30).
La tarea de enseñar era primordial para la primitiva Iglesia y su contenido, el
sermón de la montaña (Mt. y Lc.) y la predicación en parábolas (Mc. 4, 1s.),
una nueva exposición de la ley como voluntad divina (7, 17-23; 10, 1-45),
pero Jesús enseñaba con autoridad y no como los doctores de la
ley que se atenían a la “tradición de los antepasados” (7, 3) y no pocas veces abandonaban la voluntad
divina por esta fidelidad humana (7, 6-13). Jesús hace su propia exposición de
la Escritura (10, 5-9), mostrándose tan plenipotenciario de Dios como para
expulsar demonios. Las dos cosas son para Mc. una unidad y prueba del
poder de Jesús ante el que “se quedan atónitos los hombres” (v. 22) y experimentan un terror religioso (v. 27):
he aquí un signo de la soberanía de Dios que se abre camino.
- Un pobre hombre atormentado, queda
libre de un “espíritu impuro”. Se hace distinción entre enfermos y posesos (1, 32; 3,
10s.). Estos segundos son víctimas del poder del maligno (3, 22s.) (1, 13; 3,
27). Pero Jesús se sabe más fuerte que él (3, 27) y reprime su poder.
(v. 23-28) - El diálogo entre Jesús y
Satán revela la lucha entre ambos. El espíritu inmundo se resiste a las
palabras de conjuro. Los grandes alaridos, las preguntas insolentes, la
pronunciación del nombre “Jesús Nazareno” y “el santo de Dios” no son profesiones de fe respetuosas, sino intento
por adueñarse del poder conjurador mediante su reconocimiento. En los antiguos
relatos de expulsiones (incluso judíos) el exorcista atacaba y conjuraba, pero
aquí Jesús sólo dice una palabra de orden: “enmudece y sal de este hombre” y los espíritus le obedecen. Su palabra es eficaz,
signo de la intervención de Dios y todos se preguntan: ¿qué es esto? ¿qué pasa aquí?. El título que le da
el demonio: “santo
de Dios” significa proximidad de Dios (a los santos
ángeles por su proximidad con Dios se les titula así y a Aarón, Sal.
106, 16) en concepción del Antiguo Testamento.
- En Jesús late un misterio, el estremecimiento de lo que es distinto, el presentimiento de que Dios está muy cerca.
Los cinco minutos del Espíritu Santo. Domingo, 31 - Enero - 2021
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Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
"Espíritu Santo, tú eres
Dios, abismo infinito de belleza donde se saciará toda mi sed de amor.
Mira mi interior, donde a veces
habitan egoísmos, impaciencias, rechazos.
Regálame el don de la paciencia.
Quiero vivir el mandamiento del
amor que me dejó Jesús, pero a veces me brotan malos sentimientos que se
apoderan de mí.
A veces hago daño con mis
palabras, con mis acciones, o con mi falta de amabilidad.
Ayúdame, Espíritu Santo, para que
pueda mirar a los demás con tus ojos pacientes.
Quiero reconocer tu amor para
todos los seres humanos, también para esas personas que yo no puedo amar con
paciencia y compasión.
Todos son importantes para el
corazón amante de Jesús, todos son sagrados y valiosos.
Nadie ha nacido por casualidad
sino que es un proyecto eterno de tu amor.
Libérame de condenar y de
prejuzgar a los demás.
Quisiera imaginar sus
sufrimientos, sus angustias, esas debilidades que les cuesta superar.
Ayúdame a encontrar siempre
alguna excusa para disculparlos y para no mirarlos más con malos ojos.
Derrama en mí toda la paciencia
que necesito.
Ven Espíritu Santo.
Amén."
http://bit.ly/2KTVzEr
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretiana
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretiana
sábado, 30 de enero de 2021
Cuentos de valores y educativos: Las monedas encantadas.
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Las monedas encantadas
Pedro Pablo Sacristán
Hubo una vez un hombre bondadoso y rico que al cumplir muchos años pensó dejar a cargo de sus cosas a algún joven inteligente y honesto. Comentando un día su decisión y las ganas que tenía de no equivocarse en la elección, un buen amigo le dio este consejo:
- La próxima vez que vendas algo, cuando des el dinero del cambio, entrega como por descuido la moneda
del menor valor. Aquel que te la devuelva sabrás que es honrado.
El hombre rico agradeció mucho el
consejo, y pensando que era
una buena idea y fácil de realizar, decidió ponerla en práctica. No contaba con que uno de los presentes, un
vecino que se hacía pasar por amigo pero en verdad le envidiaba enormemente,
contrató los favores de un hechicero, a
quien encargó encantar las pequeñas monedas que poseía el anciano de modo que
cualquiera que mirase una de aquellas monedas tocadas por él, viera en ella no una moneda
corriente, sino aquello que más quería en el mundo. Confiaba el malvado en que
nadie devolviera la moneda y el viejo se desesperase, y entonces dejase a un
sobrino suyo administrar todos sus negocios.
Todo resultó según lo planeado por el envidioso comerciante, y ni uno solo de los que hablaron con el anciano fue capaz de devolver la triste moneda: unos veían en ella el mayor diamante o piedra preciosa, otros una obra de arte, otros una reliquia y algunos incluso una pócima curativa milagrosa. Medio rendido en su intento por encontrar alguien honrado, su envidioso vecino aprovechó para enviar al sobrino advirtiéndole cuidadosamente para que devolviese la moneda. El sobrino fue decidido a hacerlo, pero al recibir la moneda, vio en ella todas las posesiones y títulos de su tío, y creyendo que todo lo que le había contado su tío era un engaño, marchó con su inútil moneda y su avaricia hacia ninguna parte, pues cuando su tío se enteró de la traición lo despidió para siempre.
El anciano, deprimido
y enfermo, decidió llamar a sus sirvientes
antes de morir, y les entregó algunos bienes para que pudieran vivir libremente
cuando él no estuviera. Entre ellos se encontraba uno muy joven aún, al que
entregó una de aquellas pequeñas monedas por error. El joven, criado
a la sombra de aquel justo y sabio señor a quien quería como un padre, vio en
lugar de la moneda una poderosa medicina que curaría al anciano señor, pues
aquello era de veras lo que más quería en el mundo, y según la vio, entregó la
moneda de nuevo diciendo: "tomad, señor, esto es para vos; seguro que
os sentará bien".
Efectivamente, aquella simple moneda
actuó como el más milagroso de los bálsamos, pues el anciano saltó de alegría
al haber encontrado por fin alguien honrado, y le llenaba de gozo comprobar que
siempre había estado en su propia casa.
Y así, el joven sirviente pasó a administrar con gran justicia, generosidad y honradez todos los bienes del anciano, quien siguió acompañándole y aconsejándole como a un hijo por muchos años.
RINCÓN PARA ORAR. JESÚS ECHA UN DEMONIO DE UN HOMBRE. Sábado, 30 - Enero - 2021
"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
JESÚS ECHA UN DEMONIO DE
UN HOMBRE
21 Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado
entró en la sinagoga y se puso a enseñar.
22 Y quedaban asombrados de
su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los
escribas.
23 Había precisamente en su
sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar:
24 « ¿Qué tenemos nosotros
contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el
Santo de Dios. »
25 Jesús, entonces, le
conminó diciendo: « Cállate y sal de él. »
26 Y agitándole
violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
27 Todos quedaron pasmados
de tal manera que se preguntaban unos a otros: « ¿Qué es esto? ¡Una doctrina
nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le
obedecen. »
28 Bien pronto su fama se
extendió por todas partes, en toda la región de Galilea. (Mc.
1, 21-28).
Jesús establece su morada en Cafarnaúm, junto al lago de
Genesaret. Como era su costumbre, entró en la sinagoga para hacer la instrucción.
Allí, todo el que tenía algo que enseñar sobre la Sagrada Escritura o la Ley,
se ponía en pie, invitado por el jefe de la sinagoga. Y comenzaba a hablar.
Esto se hacía el sábado, el día sagrado del Señor y consagrado a su alabanza e
instrucción. Y todos, al oír a Jesús, “estaban admirados, porque hablaba con
autoridad”, como que él mismo es el autor de la Ley y no su humilde intérprete
y comentarista, como hacían los doctores fariseos…Y no acertaban a explicarse
esta actitud, pues Jesús no había tenido maestro ni era escriba como ellos:
¡Parecía estar por encima de la Ley!…
Y quiso Dios que en la sinagoga estuviera un hombre
poseído por Satanás. ¡El demonio también va a la sinagoga!… ¡No precisamente
para orar a Dios, sino “como león rugiente, buscando a quien devorar”!...
Cuando él sospecha que hay mucha gracia de Dios en “uno de sus santos”, no
disimula su identidad y a través de un pobre, a quien ha invadido, dialoga con
este “santo”… “¿Qué tenemos que ver contigo?” (A Jesús)… ¡Porque son legión y no
sólo un demonio!… “¿Es que has venido a acabar con nosotros?”. Satanás sabe
que, ante Dios, está derrotado… “¡Sé quién eres, el Santo de Dios!”. Y Jesús,
mandándole: “¡Cállate y sal de él! “… Aunque el diablo le identifica como “hijo
de Dios”, no puede saber con seguridad que es Dios mismo, en la Persona de
Jesús y que Él es el Verbo de Dios… En la Sagrada Escritura se afirma: “Si
hubieran sabido, (los demonios en posesión de los judíos, que le llevaron a la
cruz), a quién crucificaban, nunca habrían crucificado al Señor de la Gloria”…
¿Cómo los demonios, que se saben derrotados por el poder de Dios, pueden
atentar su Omnipotencia?... Esto es impensable en seres espirituales, pero
malvados… Mas, también inteligentes, por ser espíritus puros…
Está claro, que Jesús ha venido a salvarnos, pero
también a destronar al Diablo y sus huestes “que vagan por el mundo para la
perdición de las almas”… Y antes de ser expulsado, grita y retuerce al hombre,
manifestando así su despecho e ira ante su fracaso… Y todos los presentes
quedaron espantados y se decían: “¡Hasta manda a los espíritus inmundos y le
obedecen!”… Al Nombre y “a la presencia de Jesús, toda rodillase de doble, en
el cielo, en la tierra y en el abismo y toda lengua proclame: ¡Jesucristo es Señor,
para Gloria de Dios-Padre!”
¿Cómo nos situamos nosotros ante esta página del
Evangelio?… ¿Reconocemos la soberanía de Jesús en nuestras vidas y le damos el
poder sobre nuestros cuerpos y nuestras almas?... ¿Vivimos en una presencia de
Dios consciente y obediente?... ¿Decimos “sí” a sus designios sobre el mundo y
sobre nosotros?… Muchas cosas de Dios las ignoramos y esto es bueno para
nosotros, pues como criaturas suyas le alabamos por lo que sabemos de Dios y
nos ha revelado Jesús… Y también por lo que no sabemos de Él, porque no ha
querido manifestárnoslo. Por todo, Jesús es adorable y digno de nuestra acción
de gracias y alabanza…
Y después de meditar este Evangelio, le damos gracias a
Jesús porque en el Padre-Nuestro, nos dice que le pidamos al Padre: “Líbranos
del Maligno”…
¡Que así sea, Señor Dios mío!…
REFLEXIÓN PARA EL SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DEL T.O. (1) 30 - ENERO - 2021
"ventana abierta"
De la mano de María
Héctor L. Márquez (Conferencista católico)
REFLEXIÓN PARA EL SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DEL T.O. (1)
Lo mismo nos ocurre a nosotros cada vez que nos enfrentamos a las pruebas de la vida y nos parece que el Señor “duerme”.
En días recientes Marcos nos estuvo narrando una serie de parábolas relacionadas con el Reino. En la lectura evangélica que contemplamos hoy (Mc 4, 35-41) comienza la narración de una serie de cuatro milagros que Jesús realizará en presencia de sus discípulos, con exclusión de la muchedumbre que le seguía a todas partes. Jesús quiere demostrarles que el Reino a que se refería en las parábolas ya ha llegado, que está entre nosotros.
El hecho de que realice esos portentos solo para beneficio de su círculo íntimo, los Doce, pone de relieve el deseo de Jesús de instruir a esos que van a estar a cargo de continuar propagando la Buena Noticia del Reino. Nadie puede hablar de un Reino que dice que ha llegado, si no lo cree. De lo contrario, su mensaje estará hueco, y será incapaz de convencer a los que lo escuchan.
En este primer milagro vemos a Jesús ejerciendo poder sobre los elementos, específicamente sobre el viento y el mar. Jesús da por terminada una jornada de trabajo e invita a sus discípulos a ir “a la otra orilla” del lago de Tiberíades. “Vamos a la otra orilla”, les dice; lejos del gentío; quiere estar a solas con ellos, pero a la vez quiere demostrarles lo difícil que ha de ser su trabajo, y la importancia de permanecer constantes en la fe, aún en medio de las dificultades. Abandonan Galilea y se dirigen a tierra de paganos, lugar donde aún no se ha escuchado la palabra de Dios; verdadero “territorio de misión”. Así nos llama a todos.
No bien habían salido, se desató un fuerte huracán que levantó las olas, y amenazaban con hacer zozobrar la embarcación (Cfr. Sir 2,1). En el lenguaje bíblico el mar es siempre lugar de peligro y se le asocia con el maligno. Y la tormenta es, por su parte, símbolo de momentos de crisis, tanto personales como colectivas.
Trato de imaginar la escena: Los discípulos asustados, temerosos por sus vidas, mientras el Señor duerme plácidamente en la popa de la lancha, aparentemente ajeno a todo lo que sucede a su alrededor. ¡Cuántas veces en nuestras vidas nos enfrentamos a una situación difícil e inesperada y nos parece que el Señor “duerme”, aparentando estar ajeno a lo que nos ocurre!
Los discípulos se apresuran a despertarlo con un grito de angustia unido a un sentido de abandono: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?” Sigo imaginando la escena. Jesús se despierta, y poniéndose de pie increpa al viento y dice al lago: “¡Silencio, cállate! Se levanta, y mirándolos con una mezcla de desilusión y ternura, les dice: “¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”
Tal parece que los discípulos habían olvidado que el Señor iba en su barca, aunque durmiera. Lo mismo nos ocurre a nosotros cada vez que nos enfrentamos a las pruebas de la vida y nos parece que el Señor “duerme”. Nos acobardamos. Nuestra falta de fe nos hace pensar que el Señor nos ha abandonado o, cuando menos, está ajeno a nuestros problemas. Se nos olvida que mientras Él esté en nuestra barca, aunque aparente dormir, estará velando por nosotros. Y si ponemos nuestra confianza en Él, increpará al viento y la tormenta cesará. ¡Confía!