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jueves, 24 de diciembre de 2020

Cuarta Semana de Adviento. "Los Posaderos de Belén". Jueves, 24 - Diciembre - 2020

 "Ventana abierta"

Cuarta Semana de Adviento

Los Posaderos de Belén

María y José habían llegado por fin a Belén. El viaje había sido largo y estaban muy cansados; incluso el pequeño burrito trotaba al lado de ellos preguntaron:

- ¿Porqué no paramos en alguna parte?” 

María y José habían golpeado todas las puertas o casi todas. Quedaba un albergue donde todavía no había probado suerte. Era una casita a las afueras del pueblo, con un patio y un viejo establo deteriorado. José se sentía sin ánimo, pero igual golpeó la puerta. Abrió el posadero. María y José vieron que su casa estaba llena. Apenas se atrevían a pedir lo que buscaban. Tito, el posadero, tuvo compasión de ellos pues se veía que estaban extenuados.

¿Dónde podría alojarlos ? Tito se rascó la cabeza y murmuró: 

- ¿Cómo hacer? Hay que conseguir un techo para ellos y su burro. Están muy cansados y tienen necesidad de dormir, yo estoy aquí para acoger a las personas que vienen de lejos. Pero mi albergue está lleno, incluso están durmiendo en los bancos”. 

Su mirada recorría la oscuridad del patio. De pronto sus ojos se iluminaron: 

- “En frente la lámpara está prendida y después de todo es posible que esté esperándolos a ustedes. ¡Síganme! tendrán una casita sólo para ustedes, o casi. Hay que decir que no es muy grande y cómoda, pero tendrán un techo sobre sus cabezas y paja para acostarse”.

¿A dónde los condujo Tito? Lo han adivinado; al establo del buey Remo; en este viejo establo donde los ratones de Navidad habían puesto orden y donde la pequeña estrella se había acurrucado en el farol y expendía su dulce luz.

Así María, José y su compañero de ruta, el burrito, se instalaron en el establo. Remo, el buey, aceptó su compañía de buena gana. Habían llegado a su meta, y…. ¿qué podía ocurrir ahora?

¡Podía llegar la Navidad!

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