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martes, 10 de noviembre de 2020

Reflexión: La tienda del cielo

 "Ventana abierta"

La tienda del cielo

Andaba yo por la carretera de la vida tiempo atrás, haciendo las compras de Navidad, cuando vi un letrero que decía: "La tienda del cielo" me causó curiosidad y me aproximé, la puerta se abrió... y cuando me di cuenta ya había entrado. Vi grupos de ÁNGELES por todos lados.

Uno me dio una cesta y dijo: "Hijo mío, compra todo lo que quieras, en la tienda hay todo lo que un cristiano necesita... y lo que no puedas cargar hoy, puedes volver mañana y llevarlo sin problema". 

Lo primero que agarré fue PACIENCIA y luego AMOR, estaban en el mismo estante.

Mas adelante estaba la COMPRENSIÓN y también la compré; iba a necesitarla donde quiera que fuera. Compré, además, dos cajas de SABIDURÍA y dos bolsas de FE. No pude dejar de lado al ESPÍRITU SANTO pues estaba en todo el lugar... Me detuve un poco para comprar, FUERZA y CORAJE pues, me ayudarían mucho en esta carrera de la vida.

Cuando ya tenía casi llena la cesta, recordé que me hacía falta un poco de GRACIA, BENDICIÓN, y que no me debía olvidar de la SALVACIÓN. Ésta la ofrecían GRATIS!!! Entonces tomé una buena porción de cada una: suficiente para salvarme y para salvarte. Caminé hacia el cajero para pagar la cuenta, ya tenía todo para hacer la voluntad del MAESTRO. Cuando iba llegando a la caja, vi la ORACIÓN y la agregué a mi canasta ya repleta. Sabía que cuando saliera la usaría.

La PAZ y la FELICIDAD estaban en unos estantes pequeños, aproveché para cargarlos; la ALEGRÍA colgaba del techo, agarré un paquete para mí. Llegué al cajero y le pregunté: ¿Cuánto debo? Él sonrió y me contestó: "Lleva tu cesta donde quiera que vayas".

Una vez más, sonreí y pregunté: "¿Cuánto realmente yo debo?" El sonrió otra vez y dijo: "Hijo mío, no te preocupes, Jesús pagó la cuenta hace mucho, mucho tiempo atrás". "Todo lo que pidas en plegaria, con fe, lo recibirás".

ORACIÓN A DIOS:  Querido Dios, te agradezco por este día. Te agradezco por poder ver y oír esta mañana. Soy bendito porque eres un Dios comprensivo y de perdón. Tú has hecho tanto por mí… y continúas bendiciéndome cada día.

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