"Ventana abierta"
Nº 40
Llegamos
tarde: Cuando no hemos sabido reconocer sus valores y, por el contrario, nos
fijamos más en lo negativo. Cuando no sabemos escuchar las llamadas de socorro
porque nuestras ventanas están cerradas. Cuando seguimos en los caminos de la
comodidad, del egoísmo y de la indiferencia. Ojalá hoy lleguemos a tiempo.
A lo largo del día seguro que nos hemos
encontrado con acontecimientos… Pero el mejor es el saber aceptarnos. Aceptarse
es la vía única y verdadera fuente de serenidad. No debemos olvidar nuestros
propios altibajos que, debemos saber aceptarlos. Quizás seamos nosotros el
primer problema.
Hoy, al empezar el día, posiblemente, la
actitud que debemos tener sea: la aceptación personal, que debe ser en darlo y
darlo todo. Sí, hoy quiero dar: Esperanza, ilusiones, comprensión, diálogo,
perdón… pero sin olvidar también las preocupaciones, el encuentro con los demás
y la ayuda. Es verdad y tal vez con un corazón cansado, pero que sigue
perdonando, creyendo… amando.
Hoy entre otras lecturas he leído el siguiente
escrito: “Tenía hambre y tú fundaste un Club de beneficencia. Te lo agradezco.
Estaba en la cárcel… y has rezado por mi liberación. Te lo agradezco de verdad.
A penas tenía vestidos… y tú examinaste con mucha serenidad, las consecuencias
físicas y morales de mi desnudez. También te lo agradezco. En el silencio,
doblé despacio la carta y me puse a reflexionar…
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