"Ventana abierta"
Las sanas relaciones en nuestra convivencia, no
son tan fáciles como parecen a simple vista. Es verdad que: “Un hola, buenos
días, cómo estás…” cuesta muy poco. Pero el encuentro con nosotros mismos,
¿Qué? ¿Cómo nos conocemos y auto valoramos?
La riqueza de la persona hay que buscarla
dentro de ella misma. Cómo piensa, actúa, respeta, quiere… Una persona que comparte
todo es porque se ha enriquecido de los valores que no caducan.
El tener por tener, crea enfrentamientos. El
verdadero enriquecimiento está en la auténtica comunicación interpersonal, en
el respeto y la mutua estima. En la verdadera y responsable amistad.
Necesitamos gestos que nos ayuden a encontrarnos y a valorarnos.
Hay que ir descubriendo aspectos positivos,
empezando por nuestra creatividad personal. Sembremos. Mañana el desierto habrá
cambiado y todo será vida. La vida hay que estimarla y respetarla y luego
vivirla intensamente. Así tendremos un mundo mejor. Un mundo comprometido y
solidario. Más humano y respetuoso por y para la vida misma.
No se puede vivir sin descubrir y respetar los
valores de las personas. Necesitamos gestos que nos ayuden a encontrarnos,
descubrir lo positivo y recuperar todo lo mejor para una sana convivencia.
Necesitamos creer en los demás y mutuamente
respetarnos. El respeto nos tiene que llevar a reconocer los derechos, los
valores y también los deberes de toda persona.
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