"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
Beatriz Melguizo
¿CÓMO SON LOS OJOS DE LA VIRGEN?
Hoy, mientras le encomendaba a la Virgen
varias intenciones de personas cercanas, me he acordado de una conversación que
tuve ayer con un amigo.
Comentaba con él la Exposición de “Murillo y
los capuchinos de Sevilla” en el Museo de Bellas Artes y en un
momento determinado de la conversación, le dije que me fascinaba cómo Murillo
pintaba los ojos de la Virgen.
De repente, en mitad de la conversación,
me pregunta ¿Cómo son los ojos de la Virgen? (él no se refería a la
pintura de la que hablábamos…), me dijo que fue una pregunta que un profesor de
su colegio salesiano les dirigió a su clase cuando eran pequeños…
Yo le contesté: “preciosos”
– No, me dijo él, esa no es la respuesta; seguí
contestándole:
-“Representan la ternura”
– No es la respuesta correcta…; y finalmente me
dice:
– Los ojos de la Virgen son, como dice la
Salve, “misericordiosos”.
Me hizo meditar la respuesta: Los
ojos de la Virgen son misericordiosos.
“Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida y dulzura…
A ti llamamos los desterrados….; a ti
suspiramos… en este valle de lágrimas…
…Señora, Abogada Nuestra, vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos….”
¡Qué profundidad encierra esa expresión y qué
tratado se podría escribir sobre ella…!
La cultura presente, en la que se vislumbra un
alejamiento de Dios, parece que quiere hacer desaparecer del corazón del hombre
la idea de la misericordia. Se va hacia una sociedad en la que el hombre trata
de hacerse dueño de la tierra a través de los adelantos tan vertiginosos de la
ciencia y la técnica.
Pero el hombre de fe, invoca a la Misericordia
de Dios para poder encontrar una solución a los problemas del mundo.
San Juan Pablo II en “Dives in Misericordia”,
hablaba de la urgencia de anunciar y testimoniar la misericordia en el mundo
contemporáneo que está amenazado de un peligro inmenso.
Ante esta situación, podríamos invocar a María,
Madre de la Misericordia, observando la dulzura de su mirada, a través de sus
ojos misericordiosos, para que interceda a Dios por nosotros en estos momentos
tan complicados.
Jesús entra en el mundo por María, que gracias
a su fe plena y su libertad en el Fiat, le ha abierto las puertas. Toda Ella es
manifestación de la misericordia de Dios.
Ella no nos hace perder la Esperanza y nos
ayudará a caminar en la senda de un nuevo año que se nos muestra en el
horizonte y en el que tenemos que tenerla presente día a día y veremos
que sus ojos misericordiosos nunca nos defraudarán.
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