Estimados amigos y amigas:
La Eucaristía es siempre vínculo de Comunión fraterna, en ella participamos del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Ahora, cuantos seguís este blog, si lo deseáis, nos podemos unir en Comunión Espiritual con el Señor.
"Señor, que no tiemble nuestro corazón ni se acobarde. Que tu Palabra sea siempre en nosotros garantía de la paz que nos das, que sepamos escucharla y acogerla en nuestro corazón para que en ella y por ella vivamos en la certeza serena de la fe que nos justifica y nos salva.
Sí, a veces nuestro corazón vacila y se encoge acobardado por temores y por miedos, cuando llegan los momentos de dolor, como estos que estamos viviendo en nuestra vida, sí, se sumerge en la incertidumbre; pero entonces, Tú, Señor, nos hablas, lo haces incluso en el silencio que no siempre comprendemos o que percibimos como ausencia.
Tú nos hablas en ese silencio porque nos llamas a despojarnos de todo ruido, también del que produce nuestros miedos, y es entonces, cuando tu Palabra resuena con ecos de esperanza:
"Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde".
Envíanos tu Espíritu, anticípanos tu Espíritu, para que nuestro corazón pueda aprender a vivir confiando siempre en tu amor".
Sí, a veces nuestro corazón vacila y se encoge acobardado por temores y por miedos, cuando llegan los momentos de dolor, como estos que estamos viviendo en nuestra vida, sí, se sumerge en la incertidumbre; pero entonces, Tú, Señor, nos hablas, lo haces incluso en el silencio que no siempre comprendemos o que percibimos como ausencia.
Tú nos hablas en ese silencio porque nos llamas a despojarnos de todo ruido, también del que produce nuestros miedos, y es entonces, cuando tu Palabra resuena con ecos de esperanza:
"Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde".
Envíanos tu Espíritu, anticípanos tu Espíritu, para que nuestro corazón pueda aprender a vivir confiando siempre en tu amor".
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