"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA DE PASCUA
La gracia de las cosas
En los últimos años se habla cada vez más del “internet
de las cosas”. Con esta expresión se alude a la posibilidad de conectarnos
telemáticamente no solo con personas, sino también con objetos. Esta nueva
tecnología hace posibles cosas impensables hace pocos años: encender
electrodomésticos desde la distancia, abrir las ventanas de la casa desde la
oficina, etc.
Sin embargo, a la par que alcanzamos logros técnicos
mayores, el materialismo imperante nos está haciendo sordos para escuchar el
murmullo último de las cosas creadas. Este cantus firmus de las criaturas nos habla de su
Creador. Así lo percibía Francisco de Asís en su Cántico de las criaturas, en el que alababa a Dios por
el hermano sol, la hermana luna, la hermana agua, y hasta por el hermano lobo.
Así pues, más importante que el “internet de las cosas” es la “gracia de las
cosas”; es decir, la huella que Dios ha dejado en todas ellas y que nos remite
al fundamento de la realidad.
Aquel que no es capaz de contemplar con gozo el ir y
venir de las hojas mecidas por el viento, la destreza de los pájaros para
posarse en los árboles o los intentos de un niño por ponerse en pie, pronto
vivirá ahogado por el estrés, y, poco después, se convertirá en un analfabeto
espiritual, con serias dificultades para afrontar la muerte o mirar al futuro
con esperanza.
¿De qué nos sirve una tierra llena de hombres que
controlan las máquinas, pero no comprenden las almas? Ojalá que en este periodo
de confinamiento hagamos buen uso de nuestros instrumentos tecnológicos; pero,
sobre todo, ojalá que oremos, leamos y dediquemos tiempos a formarnos en la
gramática del espíritu. No solo nuestro corazón, sino también nuestros
semejantes nos lo agradecerán.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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