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viernes, 20 de marzo de 2020

Cocina: Rebozado jugoso por dentro y crujiente por fuera

"Ventana abierta"


Se trata de una técnica de cocina muy simple, pero que requiere sus pequeños trucos si queremos obtener los mejores resultados. Toma nota de estos consejos y cuélgate el delantal para preparar la deliciosa receta que se propone hoy.


Rebozar ciertos alimentos con harina y huevo (o empanarlos, si añadimos pan rallado a la ecuación) antes de freírlos en aceite bien caliente, les confiere un sabor y textura deliciosos. Pero más allá de factores puramente gustativos, los cierto es que muchas veces esta técnica se convierte casi en una necesidad: el alto contenido en agua de algunos productos (muy común, por ejemplo, en muchos pescados) hace que, en contacto con el aceite, reaccionen saltando. De esta manera sólo conseguiremos ensuciar la cocina, quemarnos y, además, el alimento quedará reseco, pero sin ese punto dorado y crujiente por fuera tan interesante.

Es por ello que el rebozado se convierte en estos casos en la mejor opción; una técnica sencilla, pero que requiere sus pequeños trucos. ‘Tips’ como estos que os contamos a continuación:

- Cuando queramos rebozar algún alimento, conviene que, en primer lugar, dispongamos en un plato hondo harina en cantidad suficiente para cubrir todo el fondo y tener al menos un dedo de altura.

- Además, es recomendable tamizar esta harina para evitar que queden grumos adheridos.

- El alimento se debe manejar con las manos enharinadas, o con un par de cucharas o tenedores (pero sin pincharlo).

- Una vez tengamos enharinado el producto, lo sacudiremos suavemente para que se desprenda el exceso de harina que pueda tener.


A continuación, debemos sumergirlo en huevo bien batido. Si las piezas a rebozar no son excesivamente grandes, un cuenco puede ser una buena elección, ya que con menos cantidad conseguiremos mayor profundidad. Lo importante es que el alimento quede bien bañado.


Una vez pasado por harina y huevo podemos optar por introducir ya los alimentos en aceite bien caliente (no menos de 170º/180ºC) para freírlos o, previamente a esa fritura, podemos pasarlos también por pan rallado si lo que deseamos es empanarlos. Recuerda que el pan rallado ya aportará cierta cantidad de sal, por lo que debemos tener cuidado a la hora de sazonar.

- Ten en cuenta que los alimentos se deben freír en tandas pequeñas, se cocinarán mucho mejor y además la temperatura del aceite no bajará.

- Una vez los saques de la sartén coloca los alimentos sobre papel absorbente para evitar el exceso de aceite.

- Recuerda que en el rebozado puedes poner un poco de ajo, perejil, hierbas aromáticas… las posibilidades a la hora de rebozar o empanar son numerosas.

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