"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
Domingo de Pascua
¡Cristo ha resucitado, Aleluya! Este es el
mensaje de la Pascua cristiana, la Buena Noticia que la Iglesia viene
proclamando desde aquel domingo en que Pedro y Juan encuentran vacío el
sepulcro de Jesús; desde aquella madrugada en que las mujeres que van a
embalsamar su cadáver, reciben del ángel este mensaje alentador: “No está aquí… Id a decir a sus
discípulos que ha resucitado”.
Esta es la gran noticia que
cambia el curso de la historia porque significa que la vida ha triunfado sobre
la muerte, la justicia sobre la iniquidad, el amor sobre el odio, el bien sobre
el mal, la alegría sobre el abatimiento, la felicidad sobre el dolor, y la
bienaventuranza sobre la maldición.
Aquel que fue señalado por
Juan en el Jordán como el “Cordero
de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29.36), por su
muerte y resurrección, ha redimido a sus ovejas, a la humanidad entera, a todos
los hombres y mujeres sin excepción.
La resurrección del Señor es
la obra maestra de la Santísima Trinidad, la verdad culminante de nuestra fe en Cristo… abiertamente
afirmada en los documentos del Nuevo Testamento (CIC 638). Sin
la resurrección, el cristianismo sería la mayor impostura y el más burdo fraude
cometido en la historia de la humanidad. La resurrección del Señor es para
nosotros un manantial inagotable de seguridad y confianza. Gracias a la
resurrección sabemos que nuestra fe no es una quimera y que Aquél al que amamos
no es un fantasma, sino una persona viva, que está sentada a la derecha de
Dios. A Jesucristo resucitado encomendamos hoy el dolor de la humanidad y le
pedimos que levante y resucite nuestros corazones abatidos por la magnitud de
la epidemia que padecemos.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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