"Ventana abierta"
Ana Golpe
Nutricionista
«Ante la
falta de vitamina D por el confinamiento, hay que ponerse 20 minutos al día en
la ventana»
El encierro puede hacer engordar, según los expertos,
una media de cinco kilos.
Cerremos las puertas, pero abramos las
ventanas. Necesitamos ver la luz (al final del túnel) y pensar que estos 15
días, que ya son menos, pasarán enseguida.
Podemos salir a la calle a
cuestiones muy concretas, por lo que la luz del sol nos llegará a cuentagotas.
El no estar expuestos al aire libre inevitablemente afectará a nuestros
niveles de vitamina C y D, por ello debemos buscar otras fuentes que nos
suplan esta carencia.
«A falta de terrazas o jardines, hay que salir a la
ventana durante 20 minutos al día», señala la nutricionista Ana Golpe.
Pero
estar de escaparate no es suficiente, hay que intentar introducir alimentos
ricos en estas vitaminas para compensar la falta.
Los huevos,
aguacates, lácteos, setas y pescado azul proporcionan un gran aporte de
vitamina D, mientras que la C la encontramos principalmente en las frutas de
color: naranja, mandarinas, kiwi, fresas, frambuesas, piña, mango…
¿Tomar el
sol a través de una ventana sirve para sintetizar la vitamina D?
Esta sustancia es necesaria para
que el cuerpo absorba el calcio que ayuda a proteger los huesos.
BUENA VIDA
Cuando pasamos un rato sentados al lado de una
ventana por la que entran los rayos del sol podemos sentir cómo calientan e
iluminan el lugar en el que estamos. Incluso pueden llegar a quemarnos la piel,
como si estuviéramos al aire libre, explica Cristina Eguren, dermatóloga de
la Clínica Eguren e integrante de la Academia Española de
Dermatología y Venereología (AEDV): "Los rayos ultravioleta A (UVA) son
capaces de penetrar a través del cristal. Por eso nos quemamos". Pero
¿esta luz también es suficiente para sintetizar la vitamina D que necesita
el cuerpo para absorber el calcio que ayuda a proteger los huesos?
La respuesta es no. La radiación que ayuda a este proceso, la ultravioleta B (UVB),
no traspasa el cristal. "Al
no hacerlo, el cuerpo no sintetiza esta vitamina", indica Eguren. Y, como
contamos en BUENAVIDA, en España ("el país del sol") tenemos los mismos niveles de esta sustancia que en Escandinavia. Es decir, de media son bajos.
Lo más efectivo es recibir la radiación solar al aire libre, pero sin pasarnos: "Bastan 20 minutos diarios de exposición en
mangas de camisa y pantalón corto para
tener unos niveles correctos", aclara la dermatóloga. Y añade: "El
resto de radiación que acumulemos irá dañando las células cutáneas y aumentando
el riesgo de un futuro cáncer de piel". Y no olvidemos el protector solar,
que no hace falta ponérselo media hora antes de la exposición: empieza a actuar desde el momento en el que lo aplicamos.
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