"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
VIERNES DE LA CUARTA SEMANA
Tiempo de esperanza
Dedico esta alocución a
quienes están pasando este confinamiento en soledad, sobre todo, a los enfermos
que están en las UCIs y no pueden ser visitados por sus familiares. Tengo
presentes también a los ancianos que han perdido a sus cónyuges y que están solos.
También a las personas solteras, a los trabajadores que se encuentran fuera de
sus hogares, a los inmigrantes que viven solos, a las vírgenes consagradas, y a
la mayor parte de mis sacerdotes que, aunque pudieron irse con sus familias,
siguen acompañando a sus comunidades, atendiendo a los enfermos y celebrando
solos la misa en la parroquia que, hace unos días, estaba llena de las gentes
por las que ahora rezan y ofrecen su vida.
Ánimo a todos. Os propongo el
ejemplo del cardenal vietnamita Van Thuam, que fue un sacerdote bueno y
entregado que, por ser fiel al evangelio, sufrió cárcel bajo el dominio
despótico de la dictadura comunista del Vietnam. Durante trece años vivió en
una prisión lóbrega e inhumana, mucho peor que nuestro confinamiento. Solo y sin
posibilidad de hablar con nadie, Dios le concedió el don de una oración
profunda, en la que sentía la compañía bondadosa de Dios.
Hablando de él decía Benedicto
XVI: “el que reza nunca está totalmente solo… Durante trece años en la cárcel,
en una situación de desesperación aparentemente total, la escucha de Dios, el
poder hablarle, fue para él una fuerza creciente de esperanza, que después
de su liberación le permitió ser para los hombres de todo el mundo un testigo
de la esperanza, esa gran esperanza que no se apaga ni siquiera en las noches
de la soledad” (Spe
salvi 32). Oremos, mis queridos hermanos, para que crezca en
nosotros la esperanza en esta hora.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario