"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
MARTES DE LA QUINTA SEMANA
Hace unos días, en un
periódico de alcance nacional, un escritor afirmaba que Jesucristo y la Iglesia
son una antigualla, y que sus propuestas son rancias, trasnochadas e
incompatibles con la modernidad. Decía incluso que la Iglesia y el cristianismo
son una rémora para el progreso y un obstáculo para la democracia. Queridos
hermanos y hermanas: No nos dejemos impresionar. El cristianismo es siempre más
renovador, más moderno y progresista que las recetas casi siempre caducas de
algunos políticos, escritores y periodistas. Jesucristo es ciertamente un
personaje histórico, el más grande de la larga historia de la humanidad. Pero
Jesús es también un personaje actual, contemporáneo nuestro, porque resucitó
verdaderamente y está vivo y glorioso a la derecha del Padre intercediendo por
nosotros.
En las circunstancias
terribles que estamos viviendo, os aseguro que Jesús resucitado es el futuro,
el único futuro para el mundo, nuestro propio futuro, el único futuro de
nuestros jóvenes y de nuestras familias, el punto de referencia del verdadero
progreso humano. Él debe ser el centro de nuestro mejor interés, el corazón y
la fuente de sentido y de esperanza en nuestra vida.
Él es la razón de nuestro
existir, como lo fue para san Pablo, un fascinado, un enamorado de la persona
de Jesús. Encontrarse con él fue la experiencia más grande, profunda y decisiva
de su vida, experiencia de gozo, de amor y de libertad, que le lleva a
exclamar: Sé
de quién me he fiado y estoy cierto. Para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir (Fil
1,21). Todo lo considero basura
comparado con el conocimiento de Cristo Jesús mi Señor (Fil
3,8). Que él sea nuestro asidero y esperanza en estos momentos difíciles.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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