"Ventana abierta"
‘Cristo Vive (I)’
Queridos hermanos y hermanas:
El pasado 25 de marzo, en la basílica de Loreto, firmaba el papa Francisco la exhortación apostólica Christus vivit, en la que se recogen los frutos del último Sínodo sobre la pastoral juvenil y la pastoral vocacional. En ella, el Papa se dirige ante todo a los jóvenes, a los que comienza diciendo: “Cristo vive, esperanza nuestra y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces las primeras palabras que quiero dirigir á cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!”.
El pasado 25 de marzo, en la basílica de Loreto, firmaba el papa Francisco la exhortación apostólica Christus vivit, en la que se recogen los frutos del último Sínodo sobre la pastoral juvenil y la pastoral vocacional. En ella, el Papa se dirige ante todo a los jóvenes, a los que comienza diciendo: “Cristo vive, esperanza nuestra y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces las primeras palabras que quiero dirigir á cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!”.
El documento tiene nueve
capítulos. Se abre con una memoria del camino recorrido para su
elaboración: “Me he dejado inspirar –reconoce el Papa- por la
riqueza de las reflexiones y diálogos del Sínodo del año pasado… De ese modo,
mi palabra estará cargada de miles de voces de creyentes de todo el mundo que hicieron llegar sus opiniones al Sínodo”.
En el capítulo primero el Papa
se remite a la Sagrada Escritura y responde a la pregunta ¿Qué dice la palabra de Dios
sobre los jóvenes? En el Antiguo Testamento recuerda a
creyentes como Gedeón, Samuel, el Rey David, Jeremías, Rut… Recorre después el
Nuevo Testamento y muestra la cercanía de Jesús con los jóvenes, concluyendo
con el texto de la resurrección del hijo de la viuda de Naín, para dirigirse a
los jóvenes con estas palabras terminantes: “Si has perdido el vigor
interior, los sueños, el entusiasmo, la esperanza y la generosidad, ante ti se
presenta Jesús como se presentó ante el hijo muerto de la viuda, y con toda su
potencia de Resucitado te exhorta: Joven, a ti te digo, levántate (Lc 7,14)”.
El capítulo segundo está
dedicado a la figura de “Jesucristo siempre joven”. Comienza con una
cita de san Ireneo de Lyon: “Jesús es joven entre los jóvenes para ser
ejemplo de los jóvenes y consagrarlos al Señor”. Después de evocar algunos
pasajes de la adolescencia y juventud de Jesús, afirma el Papa que la juventud
de Jesús ilumina la vida de nuestros jóvenes: “Jesús
tenía una confianza incondicional con el Padre, cuidó la amistad con sus
discípulas…manifestó una profunda compasión por los más débiles, especialmente
los pobres, los enfermos, los pecadores y los excluidos…vivió la experiencia de
sentirse incomprendido y descartado; sintió miedo del sufrimiento y conoció la
fragilidad de la pasión”. El Papa pide una mayor atención a los jóvenes: “Nos
hace falta crear [en la Iglesia]más espacios donde resuene la voz de los
jóvenes…. Ellos ayudarán a mantenerla joven… A través de la santidad de
los jóvenes la Iglesia puede renovar su ardor espiritual y su vigor
apostólico”. Finalmente, recuerda el Papa a figuras de jóvenes santos como
María, san Sebastián, san Francisco, santa Juana de Arco, santa Teresita y
otros muchos jóvenes que creyeron en el proyecto de Jesús y aspiraron a la
santidad.
El Papa titula el capítulo
tres “Vosotros sois el ahora de
Dios”. Comienza valorando la aportación de los jóvenes a
sus iglesias locales e invita a estas a escuchar y tener en cuenta a los
jóvenes, algo que enriquece a nuestras comunidades. Trata después de la
situación de los jóvenes, explayándose en las heridas y el dolor de tantos, sin
norte y sin esperanza, en el sufrimiento de los jóvenes migrantes y de las
víctimas de abusos. Concluye el Papa asegurando que en todas estas situaciones
hay salida: “Si eres joven en edad, pero te sientes débil, cansado o
desilusionado, pídele a Jesús que te renueve.
Con Él no falta la esperanza. Lo
mismo puedes hacer si te sientes sumergido en los vicios, las malas costumbres,
el egoísmo o la comodidad enfermiza. Jesús, lleno de vida, quiere ayudarte para
que ser joven valga la pena. Así no privarás al mundo de esa aportación que
sólo tú puedes hacerle, siendo único e irrepetible como eres”.
En el capítulo cuarto, el Papa
enfatiza sobre “tres grandes verdades que todos necesitamos escuchar
siempre, una y otra vez”: La primera es: “Dios te ama. Nunca lo dudes, más
allá de lo que te suceda en la vida. En cualquier circunstancia, eres
infinitamente amado”. La segunda verdad es que “Cristo, por amor, se entregó
hasta el final para salvarte. Nunca olvides que «Él perdona setenta veces
siete”. La tercera verdad consiste en que “mataron al santo, al
justo, al inocente, pero Él venció. El mal no tiene la última palabra.
En tu
vida el mal tampoco tendrá la última palabra, porque tu Amigo que te ama quiere
triunfar en ti… El Espíritu Santo te hace entrar cada vez más en el corazón de
Cristo para que te llenes siempre más de su amor, de su luz y de su fuerza”.
Concluyo aquí un primer
comentario a este importante documento, que ha de guiar nuestra pastoral
juvenil. Dejo para una segunda carta los cinco últimos números.
Para todos, mi saludo fraterno
y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario