Desarrollo Espiritual: El proceso de morir para dar fruto
Gabriela Ceja
Desarrollo Espiritual
(Que mi corazón sepa escuchar y aceptar la voz
de Dios)
Pbro. Sergio Arturo Gómez M. /
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE QUINTO
DOMINGO DE CUARESMA?
Jeremías 31, 31-34: Dios hará con su pueblo una
alianza nueva, escrita en sus corazones, todos reconocerán su bondad y
misericordia…
Salmo 50: Crea en mí, oh Dios, un corazón puro…
Hebreos 5, 7-9: Jesús, presentó oraciones y
súplicas con gritos y lágrimas… sufriendo, aprendió a obedecer… y se ha
convertido para todos los que le obedecen en autor de Salvación Eterna…
Juan 12, 20-33: Si el grano de trigo no cae en
tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto…
REFLEXIONEMOS:
El crecimiento personal, a la luz de Dios, no
es fácil para nadie. No lo fue ni para Jesús… Él pasó por lágrimas y
llanto… debe ser difícil para el grano morir… es difícil para una mujer dar a
luz… pero nace algo nuevo… Hay situaciones difíciles en nuestra vida que debemos
integrar en un proyecto personal de maduración personal y de salvación para
otros…
Jesús deja que la ley de Dios entre en su
corazón… la medita… la transforma en acciones concretas a favor de otros… muere
para sí mismo, como el grano de trigo…
¿Cuáles fueron las actitudes que vivió Jesús
para convertirse en grano capaz de morir para ofrecer vida que nosotros debemos
imitar? La escucha y aceptación de la Palabra de Dios, la adhesión a su
proyecto, la renuncia a nuestros propios intereses, la integración del dolor
como elemento transformador y salvífico, la confianza en Dios que nos lleva a
donarle nuestra vida con la conciencia de que Él va a sacar algo mejor… (Para
profundizar, puedes hacer una revisión de estos elementos en tu vida).
A nadie le gusta sufrir en la vida… sin
embargo, siempre sufrimos… entonces, ¿Cómo darle sentido a nuestro dolor?… que
al menos sirva para algo bueno…
TE PROPONEMOS ALGUNOS EJERCICIOS
PARA LA SEMANA:
Te recomendamos que observes algún árbol o
planta grande (sobre todo si la has sembrado tú), imagina (o recuerda) cuando
era sólo una semilla y, luego, una planta pequeña… ¿Cuánto ha tardado en
crecer? ¿En qué se parece a tu proceso de crecimiento? ¿Cómo has buscado tu
propio crecimiento con abonos espirituales hasta llegar a dar fruto? ¿Qué
frutos has dado? ¿Necesitarás más cuidados, o remedios o ser podado, etc.?
Haz un servicio social que beneficie a tus
vecinos… puede ser doloroso o, al menos, incómodo…
¿Qué puedes hacer que ayude a promover la
unidad y el crecimiento comunitario?
Conviértete en un grano que muere para dar
fruto al menos en una acción…
Habla con Jesús de cómo, a veces, te duele
servir y amar… pídele lo que te falta para ser capaz, como él, de morir para
dar fruto…
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