"Ventana abierta"
SAN SERGIO DE CESAREA
24 de febrero. 304 d.C.
24 de febrero. 304 d.C.
(Pbro. José Manuel Silva Moreno)
Magistrado
del Imperio romano, se hizo monje en Capadocia viviendo en la más absoluta
soledad de manera que nadie conocía su existencia. Cuando empezaron las
persecuciones, el gobernador de Armenia, Sapricio, que pasaba por Cesarea, al
convocar a todos los cristianos, no encontró a casi ninguno. Sergio sintió la
necesidad de acercarse a la ciudad, mientras se celebraba una fiesta en honor a
Júpiter, a la vez que se soliviantaba al pueblo contra los cristianos. Sergio
habló dando la más bella lección contra la idolatría que le valió el
martirio.
Leyenda y Milagro
WIKIPEDIA
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San Sergio de Capadocia (o San Sergio de Cesarea) (f. Cesarea de Capadocia, 304) fue un monje y mártir durante la persecución
de Dioclesiano.
Poco se sabe de su
auténtica vida. La tradición narrada posteriormente sobre su martirio, dice que
anualmente se celebraban en Cesarea unas fiestas en honor a Júpiter.
En el 304 llegó desde Roma
un nuevo gobernador de Armenia y Capadocia, Sapricio.
El emperador Dioclesiano le había
encargado la persecución de los cristianos de Capadocia, cada vez más
numerosos.
Sergio, un anciano
que se había convertido al cristianismo para llevar una vida de eremita, se
acercó al gobernador Sapricio y le acusó de que estuviera rindiendo homenaje a
aquellos dioses.
Entonces, Sergio rezó una plegaria y, al instante, las
imágenes romanas se agrietaron y los fuegos de los sacrificios se apagaron
milagrosamente.
Sapricio, creyendo que Sergio había ofendido a los dioses, le
arrestó y después de juzgarlo, lo condenó a muerte. Lo torturaron y lo
decapitaron.
Se dice que los cristianos recogieron
su cuerpo y lo enterraron en una casa piadosa.
Una leyenda muy posterior narra
que el cuerpo fue trasladado a Badalona.
San Sergio mártir
1. Nació en cesarea de Capadocia a principio
del siglo III. Fue monje y mártir durante la persecución de Diocleciano,
gobernador de Armenia y de Capadocia.
2. Diocleciano
envió a Cesarea al gobernador Sapricio, a celebrar la fiesta del dios Júpiter.
Ordenó reunir a todos los cristianos de la ciudad en el templo, para que le
rindan culto al padre de los dioses. Sergio fue uno de los cristianos que llegó
al templo y se acercó al gobernador Sapricio y le acusó por estar rindiendo
homenaje a esos dioses.
3. El
Santo, elevó una plegaría a Dios diciendo: “Dar culto a Júpiter, es por lo
demás, un gesto inútil, porque el único y verdadero Dios es aquel a quien han
dado culto los cristianos” De inmediato las imágenes romanas se agrietaron y
las hogueras de los sacrificios se apagaron milagrosamente. Sapricio, sintió
que Sergio había ofendido a los dioses, lo arrestó y lo condenó a muerte. Fue
torturado y decapitado.
4. PARA
TU VIDA El testimonio de San Sergio es una gracia y una bendición para cada uno
de nosotros, porque nos motiva a vivir con decisión nuestra fe en el Señor
Jesús y a ponerlo siempre en el primer lugar de nuestras vidas, apartando de
nuestro corazón esos dioses que nos impiden alabar al único y verdadero Dios.
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