"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES
QUE, ANTE SITUACIONES DIFÍCILES, MIRES A JESÚS Y TE ABRAS A SU MISERICORDIA Y
AMOR
Hola, buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
¡LA PLANTA QUE SE ENROSCA!
Teníamos en el convento una planta de interior. A las
hermanas que la cuidaban cada vez se les ponía más fea. ¡No, no que se cayeran
las hojas o se pusieran amarillas, no!... Estaba de un verde provocativo, pero
había algo que nos hacía ver que sufría, que se ponía enferma, y avisaba que le
dieran el tratamiento adecuado…
Yo les pedí a estas hermanas que me la dejaran, a ver
si, con cuidados especiales y observándola, todas esas hojas, que se enroscaban
sobre sí mismas, llegaban a estirarse y a mostrar su belleza y esplendor.
La regaba regularmente, la aboné, la puse en la sala
donde trabajamos y pintamos (que hay una temperatura agradable y luz) y esperé…
pero nada. La planta estaba muy viva, pero sus hojas seguían enroscadas…
Entonces, miré libros de plantas para encontrar la
causa, y en uno indicaba: “Si las hojas se enroscan, es que les falta humedad.
Hay que espolvorearlas con agua cálida y se abrirán ellas solas”…
Así hice, lo hice y… ¡oh, milagro, al cabo de pocos días,
las hojas se están desenroscando solas!
Esta reacción de mi planta me hizo reflexionar sobre
nuestra actuación cuando hay algún problema o dificultad. Veo que, ante
situaciones que no me son gratas, hago como la planta: me enrosco en mí misma y
trato de solucionar desde mí lo que con este “tratamiento” es imposible que se
arregle…
Entonces, leo “el manual de comportamiento de Jesús”, su
Evangelio, para descubrir cómo hacía Él…
En los momentos fuertes de su vida, no se miró a sí
mismo, sino que se lanzó a los brazos de la Misericordia del Padre: que Él
hiciera, en su Voluntad, lo que había deseado para su Hijo…
Jesús nunca se “enroscó”. Su disposición al rocío del
agua de Dios estuvo siempre abierta, porque la ternura del Padre lo envolvía y
su alma humana estaba siempre tersa y fresca.
Jesús me enseña por esta planta muda (pero que me habla)
la necesidad que tengo de recibir el agua de su amor para que nunca permita que
me “enrosque” en mí. Siempre con la boca del deseo abierta para que me llegue
su gracia, que es como un río de aguas que nunca se agota…
Hoy el reto del amor es que, ante situaciones difíciles,
mires a Jesús y te abras a su misericordia y amor. “¡Que nunca me repliegue
sobre mí!”... ¡Díselo a Jesús muchas veces!
VIVE DE CRISTO
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2019”:
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¡Feliz día!
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Sólo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.
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