"Ventana abierta"
Trigésimo tercer Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. Día 18 de
noviembre de 2018
Domingo,
18 de Noviembre de 2018
Diócesis
de Guadix
LA
IGLESIA PEREGRINA CON ESPERANZA
Poco
a poco nos hemos acercado al final del año litúrgico y podemos decir con el
Evangelio de Marcos que “todo pasará, menos la Palabra de Dios”.
“Cuando Cristo vuelva glorioso todos sus enemigos serán puestos bajo sus pies” (Cf. Hb 10,14) es lo que decimos con fuerza parafraseando la carta a los Hebreos, porque Cristo Jesús, con su único sacrificio está sentado a la derecha de Dios perdonando y salvando en todo momento a aquellos que se le acercan.
Con un lenguaje apocalíptico (extraño y enigmático para nosotros pero que, ante momentos de crisis, ofrece ánimo y consuelo), la Palabra de Dios nos anima en nuestra fe al describirnos el final de los días: “Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas por toda la eternidad” (Dan 12,1- 3).
“Cuando Cristo vuelva glorioso todos sus enemigos serán puestos bajo sus pies” (Cf. Hb 10,14) es lo que decimos con fuerza parafraseando la carta a los Hebreos, porque Cristo Jesús, con su único sacrificio está sentado a la derecha de Dios perdonando y salvando en todo momento a aquellos que se le acercan.
Con un lenguaje apocalíptico (extraño y enigmático para nosotros pero que, ante momentos de crisis, ofrece ánimo y consuelo), la Palabra de Dios nos anima en nuestra fe al describirnos el final de los días: “Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas por toda la eternidad” (Dan 12,1- 3).
El Salmista (Sal 15) pide “Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti” y pone toda la confianza en el Dios de la vida que es capaz de alegrar cualquier corazón y llenar de gozo toda la vida, sin miedos a los tiempos que vivimos, a las adversidades y dificultades, porque siente que Dios sostiene su vida.
Como a sus discípulos, Jesús, nos ha instruido a nosotros meticulosamente y con mimo, no dejando que nos “durmamos en los laureles”, sino exhortándonos para dar frutos de vida eterna siguiendo su ejemplo y estilo concreto de vida. Jesús es razón de nuestra esperanza.
De aquí el “Vigilad” continuo, porque Dios actúa en todo momento y cada persona vamos forjando nuestra opción a favor o en contra de la vida. Y porque sabemos que sólo con nuestras fuerzas no podemos, nos ponemos a la escucha del Maestro, para que sostenga nuestra fe y nos ayude a arriesgar en favor de la vida.
Ahora, con profunda fe, podemos aclamar que “al atardecer de la vida, me examinarán del amor” y, cantarlo a los cuatro vientos, porque mi vida se realiza en el momento que actúo y vivo a favor de los demás, dando vida.
José Mª Tortosa Alarcón. Párroco de Jerez del Marquesado, Albuñán y Cogollos de Guadix
PREGUNTAS:
1. ¿Cómo entiendo hoy que el Señor viene? ¿Dónde descubro su llegada a mi vida y al mundo?
2. ¿Qué compromisos personales y como Iglesia me invita a tomar esta cercanía de Dios?
3. Hacer un listado de las Palabras de la Buena Noticia de Jesús que crees no pueden pasar. ¿A qué te invitan?
Dibujo
de Miguel Redondo. Comentario de José María Tortosa. Y preguntas para la
reflexión.
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