"Ventana abierta"
HOY EL
RETO DEL AMOR ES QUE FIJES TU MIRADA EN CRISTO PARA SEGUIR LA LECTURA
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
UN INTRUSO IMPERTINENTE
Esta semana he sido la Lectora de la
Comunidad. Eso significa que, en la Liturgia, me toca proclamar las lecturas en
voz alta. En principio no supone grandes problemas, pues no suelen pasar de las
cuatro líneas... a excepción del Oficio de Lecturas. Eso sí que es la prueba de
fuego.
En este caso hablamos de dos lecturas, ¡de
dimensiones olímpicas! A eso hay que añadirle que es la primera oración del
día, y, a esas horas, a veces el sueño hace que se crucen las líneas. Si además
te tocan textos de autores antiguos... ya puedes darte por perdido. Acabar la
lectura sin trompicones es misión imposible.
Y ahí estaba yo, tratando de proclamar las
razones por las que san Ignacio de Antioquía deseaba el martirio... y una mosca
del tamaño de un rinoceronte se dedicó a pasear por mi escapulario.
Sujetando el libro con una mano, traté de
espantarla, pero ella, nada sensible a las emotivas razones del mártir, erre
que erre a posarse, esta vez, en mi cuello.
“¡Con la de monjas que puede elegir, tiene
que molestar a la Lectora!”
San Ignacio daba sus argumentos a favor de
los leones... y yo peleada con la mosca de marras.
En esto recordé que al demonio le llaman
“el príncipe de las moscas”... y ya sí que sí se estropeó la lectura. ¡Me había
perdido al cambiar de renglón!
Ya en la oración, no podía evitar
sonreírme. Basta que uno quiera hablar del Señor... ¡que siempre surge algún
impedimento! ¡Aunque sea una mosca!
Fue entonces cuando el Señor me hizo
entender. No podemos pretender una vida sin dificultades, ni una misión en la
que todo vaya sobre ruedas. Tarde o temprano, alguna cosa surge. Pero el
problema no es la mosca. El problema es que, por centrarme en la mosca, ¡había
dejado de mirar la lectura!
¿En quién fijamos nuestra atención? ¿En el
problema... o en la razón de nuestra aventura, en nuestro motor para seguir
adelante? ¿Miraremos a la mosca... o a Jesucristo?
Tú decides a quién prestar atención. Y,
con esta decisión, señalarás qué es lo realmente importante para ti. En algún
momento puedes despistarte, pero, aunque haya miles de moscas, ¡Cristo seguirá
siempre ante ti, como estaba la lectura ante mis ojos! Él prefiere ser tu
“segunda opción” antes que darte por perdido. ¡Eso es amor!
Hoy el reto del amor es que fijes tu
mirada en Cristo para seguir la lectura. Te invito a que hoy no dejes que los
malentendidos o los problemas te roben la alegría. Cuando lleguen, para con el
Señor, recuerda que es por Él por quien luchas y, de su Mano, reemprende el día
buscando encontrarte con los demás por encima de las diferencias. ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
https://dominicaslerma.es/
¡Feliz día!
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