"Ventana abierta"
DEJA QUE
CRISTO SEA QUIEN AME EN TI
1 - Julio - 2016
Caminamos
de su mano
‘Cuántas veces experimento mi debilidad en
mi vida y cuánto me cuesta amarme pobre y amar a los demás en su pobreza, sin
juzgarles... ¡me cuesta horrores!’.
Esto me decía una amiga, a lo
que yo le respondía: ‘No te asustes, a mí me pasa lo mismo, pero Cristo se
encarnó para esto, para que experimentemos cómo Él nos ama en nuestra
debilidad”
‘Como el Padre me amó, yo
también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de
mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en
vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis
los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da
su vida por sus amigos.’(Jn 15,9-13)
En mi camino de vida espiritual, una de
mis guías ha sido y es Santa Teresita. A ella, le costaba mucho la convivencia
y amar a sus hermanas de comunidad, pero un día después de caer muchas veces en
no poder amar, después de levantarse otras tantas y, a pesar de ello, seguir
amando, entendió que lo que le agradaba a Dios era cuando ella amaba su
pobreza, tuvo la gracia de comprender lo que era el amor perfecto. Se da cuenta
de que el amor por sus hermanas es muy imperfecto, comparado con el de Cristo
por sus apóstoles, siendo ellos tan diferentes a Él, y, sin embargo, Cristo les
ama hasta dar su vida por ellos. Entonces, Teresita llega a la siguiente
conclusión: ‘El amor perfecto consiste en soportar los defectos de los demás,
en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse de los más pequeños actos de
virtud que les vemos practicar, pero, sobre todo, comprendí que el amor no debe
quedarse encerrado en el fondo del corazón’, sino que es para darlo a todos,
sin excluir a nadie. Inmediatamente, ella reconoce que es imposible vivir este
amor siendo tan débil e imperfecta como es, pero sabe también que Cristo no
puede pedir imposibles, ya que su mandamiento nuevo es “amaos los unos a los
otros como yo os he amado” (Jn 13, 34). Pero ¿quién puede amar así, como Cristo
nos ha amado? Sólo Él puede amar así, por eso Sta. Teresita acaba diciendo: ‘Tú
sabes bien que nunca podré amar a mis hermanas como Tú las amas, si Tú mismo no
las amaras en mí... Me das la certeza de que tu voluntad es amar, Tú en mí, a
todos los que me mandas amar. Cuando amo es únicamente Jesús quien actúa en mí.
Cuanto más unida estoy a Él, más amo a todas mis hermanas’.
En este mes de julio, te
invito a que cada día pidas a Cristo que sea Él quien ame en ti a todos los que
Él ponga en tu día a día, sin esfuerzos ni agobios, que sea Él quien te dé su
amor para que tú puedas amar.
¡Feliz verano!.
Sor Aroa. O.P.
http://dominicaslerma.es/
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