"Ventana abierta"
Vigilia Pascual. Sábado de Gloria
En la continuación de las festividades propias de la Semana Santa, el
Sábado de Gloria es uno de los días más importantes, al llevarse a cabo la
Vigilia Pascual, la bendición del agua y del fuego.
La característica esencial del Sábado Santo es la ausencia del Señor. Ya
que se recuerda su muerte, no hay eucaristía, pero se prepara todo con alegría
para llegar al Domingo de la Resurrección.
A su vez, es señal de luto y en remembranza de Jesús en el sepulcro,
y los templos permanecen cerrados, como es costumbre de acuerdo con el
calendario litúrgico católico.
La preparación de la Pascua comienza con la bendición del fuego nuevo, que
se toma de una hoguera encendida fuera de la iglesia, estando ésta totalmente a
oscuras y esperando los fieles con cirios apagados en la mano.
El sacerdote enciende en ella una antorcha que una vez bendecida encenderán
con ella sus velas los fieles. Con un canto se procede a encender el cirio
pascual, al que se le ponen los cinco granos de incienso que representan la
inmortalidad, el Alfa y la Omega, que recuerda a la humanidad que Dios es el
principio y el final de todo; y la fecha del año en curso; que indica que suyo
es el tiempo. Tras esto se encienden todas las luces de la iglesia. También se
bendicen las aguas bautismales.
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